El final de los setenta fue el momento de la explosión. La poca imaginación de la tecnología que cambiaba la televisión del blanco y negro al primer color que en cine era technicolor, el rodaje de El desencanto y por otro lado la fama de delincuentes niños, convertidos en atracadores de Banco y llevados al cine, conmocionó las taquillas y los Chichos pusieron motor a esa música de coches robados, valor y rebeldía.
Con la publicación de Las leyes de la frontera, vuelven esos años a las librerías, así como con la salida al mercado de la revista Vinalia Trippers, con el título de Spanish Quinqui, hace que todo ese polvo se vuelva a sacudir y con esos polvos estas toses. ( Elías Gorostiaga)