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Abril en la poesía de Luis Rosales. Por : José Julio Perlado.

luisrosalesencercedilla Las estaciones del año asoman celéricamente, van y vienen los días y las noches, al tiempo de los calendarios le suelen agitar nieves y fríos, también los ardientes calores del estío, también el manto de melancolías otoñales, y al final rescoldos de chimeneas antiguas tuestan hojas de poesía deslumbrante, ojos de abril en las pupilas de Rosales, ojos de primavera paseando entre versos, ojos rítmicos cerrando sonetos, ojos abiertos a tantas canciones.

 “Abril” fue un gran libro del poeta granadino Luis Rosales y todos los abriles de este importante escritor fueron comentados por relevantes figuras de la cultura. Rafael Lapesa recordó que la poesía de “Abril” giraba  en torno a un símbolo: el de la primavera, unida al nacimiento del amor. “Habla de un universo matinal, en aurora, con las primeras flores y la primicia del verdor; universo adolescente, contemplado con ojos de asombro, dispuestos a recibir la visita de lo sobrenatural”. ( José Julio Perlado ).









Abril en la poesía de Luis Rosales. Por : José Julio Perlado.

Conocí a Luis Rosales en 1977, en Madrid, y charlé con él varias veces, tanto en su despacho de “Cuadernos Hispanoamericanos” como en su domicilio particular. Recuerdo su acento, su sensibilidad, su finura. “Sentado en lo sencillo – escribí entonces – ese sillón, sofá, silencio… -, lo sencillo va entrando pleno de suavidad por la ventana. Lo sencillo es el aire, la luz, todas las luces; lo sencillo es este amanecer atardeciendo anochecido. Y es sencillo el cristal, y la palabra, y esos ojos recostados en vida que Luis Rosales adormece ante el vino del sol. El sol es bien sencillo. Y Rosales. Suave y sencillamente rico.”

 

 

 

“Luis Rosales – evocaba Dámaso Alonso concluyendo a lápiz su retrato – es un hombretón cetrino, con unos ojos azules chiquitines, o que detrás de las gafas parecen chiquitines (porque son un poquito miopes). Lo cetrino diríamos que viene del terruño y que se pierde en no sé qué noche morisca de las Alpujarras; lo azul parece que selló o presagió la personalidad del poeta. El cual, con explicable coquetería, gusta de prolongar las dos chispas azules que lleva en la cara, con tejidos azules de su preferencia (corbatas, chaquetas).”

 

Pero volvamos a “Abril”:

 

“¡Verte, abril, verte tan sólo!

Tranquilísimo desierto.

Pena misericordiosa.

Sosegado advenimiento.

Verte, qué oración tan pura…”

 

Y en otro poema:

 

“Tu abril siempre y ya logrado,

¡oh maravilla sin huella!

trigo y agua de doncella

y aurora de sol mojado,

naranjo en su flor celado,

cristal de mimbre sin dueño

pulsador, ¿cuándo mi empeño

de luna al fin modelada,

primavera resbalada

desde el donaire hasta el sueño?”.

 

 

 

"Granada en primavera". Fotografía Juan González.

«Granada en primavera». Fotografía Juan González.

Pero abril como mágica palabra ha quedado enredada en muy amplias evocaciones. Luis Jiménez Martos contaba una escena del año primero de la década de los cincuenta. “Tenía que ser abril – escribía – La comitiva salió hacia la Puerta Real, camino de la Alhambra. Nadie había dicho que fuésemos allí; pero en Granada estas y otras cosas no se preguntan. Luis Rosales llevaba sombrero, una especie de mascota, echada un poco hacia atrás. La gente no podía sospecharse que acompañábamos a un poeta recién casado y retornado, después de algún tiempo, a su tierra nativa, tal vez para poner al día su corazón, ahora doble amorosamente. (…) Ante la vista de la explanada del cubo de la Alhambra enmudeció el poeta. Y al volver a hablar se le notó que lo hacía como si entrara en un templo. Por el palacio de Carlos V siguió agranadinándose, renovado su asombro ante el redondel renacentista del patio, de manera que al salir nuevamente hacia los jardines había madurado ponerse a decir:

 

“Eres de cielo hacia la tarde, tienes

ya dorada la luz en las pupilas,

con un poco de nieve atardeciendo

que sabe que atardece

y yo querría,

cegar el corazón, cegar de verte…”

 

 

 

 

 

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  • Marina Filgueira García

    abril 26th, 2013

    Gracias Julio, por plasmar unas pinceladas de este gran poeta. Preciosa la reseña, felicidades. Un saludo.

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