El objetivo del arte no es presentar la apariencia externa de las cosas, sino su significado interno, pues esto, y no la apariencia y el detalle exteriores, constituye la auténtica realidad.
Aristóteles.
Quizás es La Gioconda el retrato más conocido de toda la historia del arte pictórico. Algo especial debe de tener que lo hace tan atractivo para las aproximadamente 20.000 visitas al día que recibe en el museo El Louvre en París. Es una tabla de 77×53 cms. de entre los años 1503 y 1519 según las últimas investigaciones realizadas. Yo no me canso nunca de observar a esta joven dama, pintada por Leonardo da Vinci con bien dominada técnica que se conoce con el nombre de sfumato. Con apenas perceptibles pinceladas difumina los contornos del paisaje entre sombras y luces, y da un halo de misterio al rostro de Lisa Gherardini, verdadero nombre de la modelo.
Leonardo da Vinci no fue el primero en trabajar este género pictórico. Más antiguos son los retratos funerarios de Grecia y Egipto. En la Edad Media el retrato era poco frecuente y estaba reservado a la clase adinerada en lo que se refiere a particulares como ricos burgueses, gobernantes y mecenas. Con la llegada del Renacimiento el género se hizo independiente, adquirió importancia, conviertiéndose en algo más popular al extenderse entre la clase media. ( Pilar Moreno)