Son cinco pinceladas, cinco hitos que ayudan a entender su evolución. Cada una de las escenas se sostiene sobre la misma arquitectura formal. Cada cuadro comienza con una alusión a los distintos ritmos que prevalecen en cada momento de la historia, ritmos que ejecuta el cuerpo de baile de la compañía siguiendo los acordes de música grabada.
(Amando Carabias)
El tango: Una historia a través del baile. Por Amando Carabias.
La noche del pasado veintiuno de octubre presenciamos el espectáculo titulado, Tango de burdel, salón y calle que representó en el Teatro Juan Bravo de Segovia el Ballet Argentino fundado por el mítico Julio Bocca, y dirigido en la actualidad por Eleonora Cassano. Sólo su título da una idea certera del contenido de la función que disfrutamos una vez que las luces del teatro se apagaron y el escenario centró nuestras miradas.
Se alza el telón a los sones de una interpretación en vivo de una melodía de tango a cargo de una orquesta que nos deleitó durante toda la representación con su calidad. Es una agrupación compuesta por piano, contrabajo, acordeón, violín, guitarra cuyo sonido llegaba con intensidad hasta la platea desde donde contemplábamos la función.
El tango se ha universalizado y en cualquier parte del planeta sus ritmos son bailados en escuelas de danza, salones, fiestas. Como tantos otros bailes su nacimiento se produce en las hondas e inquietas aguas del pueblo, pero para romper fronteras y tornarse melodía reconocible en cualquier parte del mundo necesita de un proceso.
Precisamente sobre este proceso versa este espectáculo que según palabras de la propia Eleonora Cassano se creó para un festival en Verona, Italia. Este pequeño dato me parece significativo en sí mismo. Quien haya cazcaleado por las estrechas calles de la ciudad de Julieta, comprenderá que el espíritu apasionado y romántico de los amores de los jóvenes que inspiraron a Shakespeare es muy adecuado para este tipo de baile que, en definitiva, es una exaltación de las relaciones entre hombres y mujeres: amor, pasión, celos, entrega, destrucción, incluso muerte.
La representación no pretende agotar todo el devenir de este fenómeno cultural al que llamamos tango. Son cinco pinceladas, cinco hitos que ayudan a entender su evolución.
Cada una de las escenas se sostiene sobre la misma arquitectura formal. Cada cuadro comienza con una alusión a los distintos ritmos que prevalecen en cada momento de la historia, ritmos que ejecuta el cuerpo de baile de la compañía siguiendo los acordes de música grabada. Una vez que el espectador ha sido introducido en cada época gracias a este recurso, la orquestina a la que ya se ha aludido, interpreta un tango que acompaña el resto de la coreografía que atrapa al espectador desde el primer momento. Una coreografía que, además de las cuestiones técnicas que le son inherentes, pretende imbuir a cada pieza en un tono narrativo que ayude a la comprensión del espectador, pues, al fin y al cabo, se trata del relato de una historia
En la primera escena los bailarines danzan ritmos procedentes de las tierras de las que provienen: tarantelas, pasodobles, mazurcas… resuenan en el oído del espectador. Una coreografía ágil y dinámica permite al espectador sumergirse en estos ritmos festivos en los que se percibe ya como denominador común la búsqueda intensa de la pareja, la necesidad de no estar solo. De pronto, asumiendo cada ritmo, pero creando algo nuevo, una melodía nacida de un acordeón brota sobre el escenario, inundándolo con su sonido de melancolía desgarrada.
Ha nacido el tango.
Estos emigrantes que todavía no han desecho su maleta de madera, en el nuevo país que les admite, ya sienten en sí las pasiones que inundan a cualquier ser humano en cualquier parte del globo. Y una de ellas, acaso la más importante es la pasión amorosa, es el enfrentamiento por conseguir el amor de una persona, son los celos que concluyen, ya en sus balbucientes inicios en un homicidio.
Y quizá sean estos pivotes sobre los que haya crecido y gire esta danza: amor, celos y muerte.
El baile que hoy forma parte de cualquier escuela de danza, antes de llegar a este lugar académico, creció en los arrabales, en la frontera, en los suburbios donde los burdeles son palacios. Tal y como nos lo presenta en su segunda escena, es en estos lugares (por lo demás siempre propicios para relatos desgarrados, y siempre presentes en la historia de la humanidad y del arte) donde el tango adquirió su mayoría de edad, y donde encontró su propia esencia de crónica de las más exaltadas pasiones que acompañan los corazones de hombres y mujeres. Casi a diario se comprueba el apasionamiento que la nación argentina pone en cuanto hace (política, fútbol, cine, literatura…), una energía que a uno en muchas ocasiones le provoca envidia. Quizá el tango plasme esta cualidad de un pueblo que pone todas sus energías en cuanto hace.
Si hemos de hacer caso a lo que sobre las tablas contemplaban nuestros ojos, afirmaremos que es en este momento cuando la literatura arriba a este género, pues es en estos inicios de arrabales y burdeles, en los que su melodía sincopada e intensa, su baile de cuerpos estrechados o enlazados en figuras casi imposibles, se completa con textos que pespuntean o narran terribles historias de soledad, abandono y muerte con fogonazos de intensidad y poesía de muy altos vuelos. Aquí quiero hacer especialísima mención a la interpretación de las canciones que jalonan la representación, encarnadas en una voz honda de mujer, donde, probablemente, anide parte de la esencia del tango.
Mientras estas cosas suceden en el río de la realidad, en los salones donde la juventud con dinero se divertía, triunfaban otros ritmos como el vals, o el foxtrop, o el charlestone, tal y como también sucedía en buena parte del mundo, ajeno aún al desastre que se le avecinaba. Sin embargo, una corriente imparable viajaba desde los suburbios. Fue precisamente el mundo bohemio y rebelde quien consiguió dar el salto y cruzar la frontera invisible, pero cierta, que existe entre el mundo suburbial y estos salones frecuentados por la burguesía y las clases altas. Gracias a estas clases altas, que envían a sus hijos a estudiar a Europa, sobre todo París, el tango empieza a conocerse fuera de las fronteras de Argentina.
Hay una época, según cuenta el programa, que se podría decir que el tango agoniza. Tras la II Guerra Mundial, como una especie de tsunami que recorre todo el globo, el rock y el pop ocupan el lugar preeminente en los gustos juveniles y parece que destruyen los ritmos y melodías propias de cada pueblo. No sólo los tangos en Argentina sufren tan brutal embestida y posterior derrumbe. Quizá, y esto es una teoría que merecería una pequeña reflexión, el primer paso de la globalización en que estamos inmersos, tuvo entre sus componentes el rock. El caso es que el tango, para sobrevivir en hambruna y olvido, regresa a los barrios más humildes, a los escasos salones de milonga donde aún se podían sentir sus sones inconfundibles
Hasta que al comienzo de los años ochenta del siglo pasado irrumpió un sonido algo diferente, un nuevo modo de entender el tango. Gracias a Astor Piazzolla esta música adquiere nuevos bríos. La quinta escena de la función (la más amplia, la más vitoreada por el público) es un homenaje al hacer de este músico que fue capaz con su osadía musical de conseguir dar un salto de calidad a este ritmo que parecía anquilosarse.
Por lo que se ve sobre el escenario, muy pronto las discotecas, las salas de música y las calles volvieron a tener entre sus músicas favoritas la del tango, que ahora mismo, se mezcla con sonidos emparentados a la música electrónica y tecno.
En poco menos de dos horas el espectador ha contemplado sobre el escenario los cambios que durante un siglo marcaron el devenir de esta danza, y llega a la conclusión de que la esencia no se ha perdido en ningún momento.
Ahí continúan firme y sensualmente adosados los cuerpos masculino y femenino enalteciendo la pasión y recreándose en su propia contemplación, trazando esos arabescos de pies y piernas que dibujan trayectorias imposibles en el aire. Y a pesar de la variación en la moda (por cierto, mención aparte merece el vestuario de los bailarines que es casi por sí mismo la mejor explicación argumental para que el espectador siga el hilo propuesto por la compañía Ballet Argentino), a pesar de las variaciones conceptuales y formales en el modo de entender la música, a pesar de las cambiantes situaciones sociales y políticas, quien ha asistido a esta función comprende que hay una esencia inmutable que define a esta danza: pasión, amor, celos y muerte.
Flamenco Rojo
noviembre 8th, 2010
Amando, nuestro común amigo porteño y dorado estaría orgulloso de leer esta magnífica crónica / presentación de este espectáculo.
Un abrazo.
Isolda
noviembre 10th, 2010
Cinco pinceladas! que te han cundido tanto como para hacernos sentir cada una de ellas.
También pensé, como Flamenco, en nuestro amigo.
Besos de tango arrabalero, ¿es el más auténtico no?
adrian dorado
noviembre 10th, 2010
Pues… aunque un poquitín retrasado, ya sabéis las milongas que me estoy bailando, aquí estoy para felicitar a Amando por su artículo, creo que ha sido una fiel pintura de lo que ha visto, conozco al ballet y aunque no vi el espectáculo, pude acercarme a él gracias a la calidad conque fue descrito. No esperaba menos de la mano de un Amando que ha afinado la pluma con verdadera excelencia, y no lo digo sólo por la presente nota.
Veo que ha captado muy fielmente la esencia tanguera y la ha reproducido con certeza.
Un abrazo a todos, sin excepciones y felicitaciones por los logros.
Que os lleguen mis cariños.
Gracias por la mención, que de mi habéis hecho..
egomanías
noviembre 12th, 2010
Amando me ha encantado el articulo, nos tomas de la mano y nos acompañas en este recorrido por la historia del tango… Ay, cuanta pasión! Si me espalda me acompañase, no habrìa dejado nunca de bailarlo.
Excelente trabajo, Amando.
Un abrazo.
Leo
catherine
noviembre 17th, 2010
No me extraña la influencia de la tarentela, muchos autores de tangos son de origen italiana, Piazzolla entre otros.
¿No había ningún bandoneón? los músicos europeos sustituyeron poco a poco el acordeón por este instrumento más pequeño y con un sonido bastante diferente para tocar el tango.
Creo que al principio en los bares de marineros y los burdeles se baílaba el tango entre hombres.
Muy interesante tu artículo, da ganas de ver un ballet de tango o de escuchar las letras: amor, celos y muerte.
MARIA JOSE TEROL ESPINOSA
noviembre 17th, 2010
Gracias por recordarme que se pueden unir la pasión y la melodía en un gran actor de amor. Un fuerte abrazo extendido.
Marina
noviembre 17th, 2010
Primero felicidades por el artículo elegantemente plasmado. Que suerte poder axistir a una obra tan bonita como esa exposición del tango, ese baile tan apasionado. Aunque estuvo hace unos años un poco ahí un poco aparcado, ahora ha cogido mucho auge, esta en la cima del penáculo. Gracias Amando por compartir lo que has visto y oído. Un abrazo- se feliz.
paloma.corrales
noviembre 17th, 2010
Amando, siempre, siempre, aprendo contigo. Gracias.
Pilar
noviembre 29th, 2010
Muy interesante este artículo, pues me hace ver que el tango es mucho mas, que tiene también una interesante historia. Toda esta información me ha hecho ver este género desde otros interesantes puntos.