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El Texto Nómada: Norman Manea y Antonio Muñoz Molina. Por : Carlos Feral.

El otoño cultural en Madrid siempre es interesante y una de las joyas que nos ha dejado este curso ha sido el encuentro en el Círculo de Lectores entre uno de los mejores escritores del panorama rumano actual, aunque residente en Nueva York, Norman Manea y el escritor español, que fue algunos años director del Cervantes de la ciudad de los rascacielos, Antonio Muñoz Molina. Presentó el acto el director general de los Institutos culturales rumanos D. Horia Patapievici. ( Carlos Feral )

El Texto Nómada: Norman Manea y Antonio Muñoz Molina. Por : Carlos Feral.

De Norman Manea cabe destacar que es de origen judío, lo cual ha marcado su obra. Es autor de temas como el Holocausto o la vida cotidiana de la Rumanía comunista. El exilio también es un tema recurrente en su obra y de él es de lo que dialoga principalmente con Muñoz Molina en el encuentro que hemos presenciado.

Una de sus novelas más conocidas, Intoarcerea huliganului (El regreso del húligan), es una especie de autobiografía novelada. El autor, en 1941, siendo un niño sufrió la deportación de las autoridades fascistas rumanas a un campo de concentración en Transnistria, Ucrania, junto a miembros de su familia y muchos de los vecinos de su pueblo de Burdujeni, cercano a Suceava, en la Bucovina rumana. Retornó a Rumanía como un superviviente en 1945 junto a los familiares que habían sobrevivido con él al campo de trabajo y no empezó a publicar hasta 1966 en la revista Povestea Vorbii (El cuento de la palabra). Esta revista, editada en los primeros años del comunismo fue censurada y cerrada seis años después de su aparición debido a que ejercía una fuerte crítica social y política, de la cual, Manea no se quedó al margen, hasta el punto que fue obligado a exiliarse a Nueva York en 1986.

Las autoridades culturales rumanas llegaron a prohibir sus obras o, al menos, a ocultarlas, lo cual no impidió que la mayoría de prestigiosos críticos rumanos la ensalzaran. Hasta la caída de Caucescu no se publicaron sus libros en Rumania, llegando incluso a ser propuesto para el premio Nobel en varias ocasiones tanto por  escritores e instituciones culturales europeas como norteamericanas.

Entre sus obras hay cuentos, ensayos y algún poema, amén de las novelas entre las cuales destacan la ya mencionada El regreso del húligan, Vizuina (La guarida), , Captivi (Cautivos) o Cartea fiului (el libro del hijo). De los ensayos yo destacaría Despre clovni: Dictatorul si artistul ( Payasos: el dictador y el artista). Como entrevista, sin duda Textul nomad (El texto nómada) que da título a este artículo y entre los cuentos podemos nombrar: El té de Proust, Fericirea obligatorie( La felicidad obligatoria), Variante la un autoportret ( Variantes de un autorretrato) u Octombrie, ora opt (Octubre a las ocho).

 

 

 

 

 

 

Destaca Muñoz Molina en el acto que los textos de Manea tienen la característica común del “Nomadismo” a lo cual el autor rumano responde que el destino le ha proporcionado una especial biografía en la cual la libertad está limitada por las propias experiencias y que el exilio existe no sólo en la cultura judía o rumana sino en todas ellas: en la griega, la española… Su lengua rumana ya le exilió cuando apenas contaba cinco años de edad. Sin embargo la generalización sobre “Todos somos exiliados” puede ser algo peligrosa. “No muchos de entre nosotros han tenido que vivir bajo la opresión de la bota de un dictador y han tenido que volver después de un largo período de exilio”, dice Manea mientras reflexiona con Muñoz Molina sobre los campos de exterminio, los hornos de gas y cómo muchos seres humanos han tenido y aún tienen que superar ese sufrimiento. Sin embargo, Manea no quiere que se le etiquete con la denominación de víctima a pesar de que parece que sería legítimo ya que sufrió en sus propias carnes esas abominaciones. Además dice que cincuenta o sesenta años después, la gente parece aburrida de la historia del Holocausto. De lo que no es consciente la humanidad es de que este se puede volver a repetir y hace una reflexión sobre lo que acontece alrededor nuestro en lo que a las relaciones humanas se refiere.

Muñoz Molina hace referencia a sus cuentos El té de Proust en el que Manea es un testigo adolescente de la memoria y dice que está interesado en cómo se desarrolla la historia. Manea le contesta que Proust habla de la memoria involuntaria. Es una memoria de su niñez.. “Tenemos bibliotecas enteras de recuerdos. La literatura es el texto del tiempo”, dice. “Los recuerdos de esa época son recuerdos de hambre, frío…Estos perduran en la memoria pero su recuerdo es un proceso complicado”. “El peligro es el desconocimiento”.

Muñoz Molina recita la frase de Machado: “Oscura es la historia y clara la pena” y dice que, a veces, la ficción de un libro es el camino para contar la verdad. Le pregunta a Manea cómo adquirió una educación humanística y pudo desarrollar su vocación de escritor bajo la opresión del régimen comunista. Manea le contesta que el mundo comunista fue terrible pero los seres humanos siempre encuentran un modo de hallar el placer. Todo era propiedad el estado y casi nada era posible de adquirir o realizar sin su consentimiento excepto aquellas cosas que pudieras hacer por ti mismo. Una de las cosas que tenía el estado comunista eran unas magníficas traducciones de los clásicos rusos y eran una buena manera de adquirir un poco de libertad de pensamiento.

Ahora, Manea se manifiesta preocupado por el giro a la derecha que está sufriendo Rumania después de la caída del dictador. “¿Debemos mirar de nuevo hacia 1938 o mejor orientamos la mirada al siglo XXI? La democracia es un compromiso Es complicado mantenerla y exige un cierto grado de complicidad e implicación”. Al hilo de esto, Muñoz Molina le recuerda que los políticos de izquierda jugaron un papel esencial en restaurar la democracia en España en los setenta y que incluso los líderes comunistas contribuyeron decisivamente en su consolidación de modo que, sin ellos, probablemente no se hubiera instaurado la democracia en este país tal y como la entendemos hoy día. Manea le recuerda a Molina que Carrillo fue un buen amigo de Ceaucescu y que es difícil de explicarse cómo un país puede sobrevivir a cuarenta años de dictadura. Aún así, las democracias no son puras en sí  mismas.

Cambiando de tercio, y cerca del final del diálogo, Muñoz Molina habla ahora del exilio de Manea en Estados Unidos y dice que, habiendo vivido Manea los últimos veinte o treinta años en Norteamérica, rodeado por una cultura y unas costumbres extrañas, por una lengua distinta, ¿cómo ha podido incorporar factores de la cultura estadounidense en la ficción de su obra? Manea le responde que estar en el exilio es un trauma maravilloso y que te ayuda a cambiar. Alguna influencia le ha tocado ligüísticamente como por ejemplo el empleo de un lenguaje más directo y real.

Cerraron el acto las preguntas de los presentes y las respuestas de los conferenciantes.

Este es el texto nómada, queridos lectores. Les ofrecemos la conferencia en inglés original y esperamos que la disfruten así como les animamos a adquirir alguna de las obras de Manea para que no se pierdan a un autor que podríamos denominar imprescindible en nuestra biblioteca.

Presentación.

Manea y Muñoz Molina.

Debate.

 

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