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Frontera: algo más que una película. Por: Catherine Beaume.

 

cartelEs la primera película de ficción española rodada en una cárcel por personas privadas de libertad y profesionales del cine. Nació del encuentro de Eva García de Transformas y un guionista, Carles Vidal, que  trabaja con el realizador Manuel Pérez. Fue impulsada por Transformas y Cornelius Films.

Transformas es un colectivo de artes escénicas y transformación  referente en la creación aplicada en contextos de exclusión social y en resolución de conflictos. Con Teatrodentro lleva a cabo  un proyecto de formación y producción artística en prisiones desde el año 2005 empeñándose en crear canales de comunicación interior/exterior  a través de las obras generadas. Así pues, crea obras dentro de la cárcel, con los de dentro y los de fuera actuando juntos, con espectadores de fuera que se mezclan con los internos durante las representaciones. Para que la gente de fuera conozca mejor este proyecto querían hacer un film, pero algo profesional, no un vídeo con pocos medios y poca difusión. ( Catherine Beaume)

 

Frontera: algo más que una película. Por: Catherine Beaume.

El realizador Manuel Pérez se fue a Quatre Camins, en Granollers, a ver un ensayo de la función del otoño de 2011. Era la primera vez que entraba en una cárcel y cuenta lo impresionante que es dejar sus cosas, pasar controles, puertas, verjas y andar por pasillos desiertos antes de llegar al teatro para conocer a los que serían los actores de su película unos meses después. Muy impresionado por la experiencia y el trabajo que vio salió convencido de  la “necesidad imperiosa de comunicar, expresar su realidad” y que sería “más que una película”.

 

 

El trabajo conjunto se hizo de manera natural, según los modos de Teatrodentro: seis meses de escritura e improvisaciones, afinando o transformando el guión de  Carles Vidal. Fue una creación compartida entre el grupo de teatro, el guionista y el realizador.

Además del grupo habitual hubo un pequeño casting, con  el criterio de encontrar no solo a unos buenos actores sino a gente que entendiera el proyecto y no viniera por caridad. El criterio para el equipo técnico fue parecido para que se  trabajara en armonía con los detenidos que suelen hacer este oficio en el grupo de teatro.

Todo se hizo de manera natural, decíamos, excepto introducir en una cárcel, para el rodaje en noviembre de 2012, a un montón de gente de fuera con todo el material necesario. Entre las prendas del vestuario había uniformes de carceleros, ¿no podrían servir para una fuga u otra fechoría? Este pequeño problema (y muchos otros) se resolvió. Hay que señalar la ayuda del director del centro penitenciario que facilitó todo en la medida de lo posible.   

 

Quatre caminsEl rodaje se realizó en no más de 27 días el mes de noviembre de 2012. Después de tanto trabajo preparatorio solo hacía falta grabar varias veces  la misma escena  para elegir durante el montaje. Tuve la oportunidad de asistir a una mañana de rodaje y como no soy crítica de cine os contaré ahora mis impresiones de esta rara experiencia.

Primero ir a Granollers es un viaje largo: desde Barcelona se puede coger un tren de cercanías o un autobús pero hay que encontrar otro autobús para llegar a la cárcel y no hay muchos. Después de media hora de metro fuimos con el coche de Thomas Louvat, director artístico de Teatrodentro, con tres personas más. Hubo toda una organización para compartir coches durante todo el rodaje y la hay cuando el teatro abre sus puertas para la función de noviembre.

Era también la primera vez para mí esta entrada en una cárcel y me pasó igual que a cualquier otro. Añadiré a lo que cuenta Manuel Pérez los sonidos de las pisadas en los corredores y  de las verjas que se mueven. Es impresionante esperar que la verja que acabas de atravesar se cierre antes que la siguiente se abra.

 

foto artículo el país

foto artículo el país

Por fin entras en el teatro, donde hace bastante frío y hay humedad. Todo el equipo técnico ya está allí, esperamos a los internos que llegan poco a poco, unos haciendo de estrella del cine, otros emergiendo de la larga noche en su celda con más dificultad. También cada uno tiene su carácter más o menos reservado. Los ensayos empiezan lo más rápidamente posible y cuando el último preso llega uno le dice: “tío, te perdiste un montón de besos”. Se rueda ese día lo que creo es la escena final, cuando los ocho actores del exterior se van después de muchas horas encerrados con los seis actores presos en el teatro donde ensayan una versión de 12 hombres sin piedad, sin contactos con el exterior, sin saber lo que pasa.

“¿Listos? ¡Acción!”  los ensayos y la grabación se repiten, entrecortados de momentos de descanso.  Durante estas pausas compartimos un café o un cigarrillo y charlamos. Carlos nos enseña un libro del taller de escritura con poemas que hablan de amor, de libertad, de incomunicación y busca los suyos que leo y me dice: “¿vendrás a ver el espectáculo?”  Como le contesto que vivo muy lejos suelta estas palabras de  las cuales nunca me olvidaré: “Sabes que nosotros estamos aquí”. Otro preso, uno de los técnicos del sonido, nota que no tengo mi nombre escrito en mi vaso de plástico y se va a buscar un rotulador, y me pide mi nombre, y descubre que soy francesa. Él es marroquí y está encantado de hablar francés. Si cuento estas anécdotas es porque describen lo que pasó durante el rodaje, lo que pasa en el grupo de Teatrodentro: en el teatro del centro penitenciario ya no hay barreras entre los de fuera y los de dentro. Ese es el propósito de la película que es a la vez un documental y una obra de ficción. A los internos no les interesaba hablar de las paredes de la cárcel contra las cuales tropiezan cada día. La frontera invisible de los estereotipos, de los prejuicios es mucho más dañina. La obra teatral 12 hombres sin piedad (“¿inocentes, o culpables?”) trata del individuo frente al grupo; en la película el ensayo se interrumpe cuando suena la alarma. Es entonces cuando el individuo se enfrenta al resto del grupo y las reacciones de cada uno en esta situación de estrés no son de las más esperadas.  La delicadeza y la empatía o la traición se pueden encontrar en cualquier persona.

 

16º festival de cine, Málaga, Frontera.

16º festival de cine, Málaga, Frontera.

Me pasó lo mismo que a Manuel Pérez. Salir de la cárcel me fue aún más difícil que entrar. No tanto por la mezcla de ruido y silencio sino porque sabes que quedan  ahí, los de dentro. Creo que es por eso que la película no se acaba con la escena que vi rodar. El desarrollo de la ficha técnica está interrumpido  por unas intervenciones de los actores que son deliciosos retratos, o por momentos de música y baile que incitaron a la periodista de El País a  titular su artículo “Claquetas en prisión”. Parece que no se pueden despedir por estar tan bien juntos, por la alegría del buen trabajo compartido.

 Este sentimiento de hacer piña  lo volví a encontrar al final del estreno de la película el día 7 de noviembre de 2013 en el Teatro Nacional de Cataluña. Todo el equipo se abrazaba, se besaba, brindaba y a las doce de la noche estaban buscando un lugar para quedarse juntos un rato más. Cuando la pantalla se apagó  vinieron al escenario cinco personas para el debate previsto: un periodista, el director, Thomas Louvat, y… Carlos con otro ex preso que no me había impactado tanto porque hacía de técnico. Carlos había pasado por una radio de Barcelona por la mañana y contestaba a los espectadores aquí.

Por varias razones no había podido ir a la cárcel para ver una de las dos proyecciones de Frontera, y de todas maneras cada vez no quedaban plazas. Y quizás me emocionó más ver a Carlos en el TeatroNacional.

Ya había tenido una alegría muy grande en abril: una amiga me mandó  un mail diciendo que Frontera estaba seleccionada en el festival de Málaga en la sección ZonaZine. Poco después vi una foto de todo el equipo en la alfombra roja, con dos premios: mejor dirección, mejor actor. Este actor no podía estar pero reconocí a otro que salía por primera vez de la cárcel y se fue también a Francia donde proyectaron la película en Marseille, Capital Europea de la Cultura. El Festival Cinespaña de Toulouse le otorgó el premio a la mejor fotografía a Oriol Bosch, ya sabéis, estos retratos deliciosos y la luz preciosa. En Costa Rica fue la banda sonora que fue premiada. La película fue también a Londres, Estambul y varios festivales en España.

 

Dejo la palabra final a Manuel Pérez: “como la primera vez que salí tengo la convicción que he vivido algo más que una película”. Si desean más información, en este enlace.

 

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  • FlamencoRojo

    diciembre 23rd, 2013

    No había visto la película, pero sin duda no me la perderé en el 2014. Gracias por el artículo Catherine. Todo un lujo.

    Feliz 2014 !!!

    Besos,
    Pepe Gonce

  • Amando Carabias

    diciembre 26th, 2013

    Impresionan tus impresiones. Realmente escalofriante y más en estas fechas.

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