Son muchos los descubrimientos musicales que depara la serie televisiva de la HBO norteamericana Treme, ambientada en la ciudad de Nueva Orleans que lucha por recuperarse del paso del huracán Katrina, y en la que la música brilla con una intensidad absolutamente maravillosa. Cada capítulo es una auténtica lección sonora acerca de la riqueza musical que alberga la ciudad, y a la que se agarra con todo lo que puede para recuperar el esplendor que el Katrina pugnó por llevarse por delante.
Una de esas sorpresas, al menos para mí, es la voz de John Boutté (Nueva Orleans, 1958), que realiza varios cameos en la serie además de ser el autor de la canción que abre todos y cada uno de los episodios. Un tema que se le ocurrió mientras veía pasar por delante de su casa una de esas comitivas fúnebres tradicionales acompañadas por una banda de música. ( Alfredo Rodríguez ).
John Boutté: La voz de Nueva Orleans. Por: Alfredo Rodríguez Iglesias.
Y es que John Boutté es un típico fruto musical de Nueva Orleans, una ciudad en la que la música se empieza a aprender en unas calles en las que lo mismo cabe el gospel, que el jazz, el blues, los ritmos hispanos, el country y así hasta el infinito. En los patios y en las segundas líneas fue donde Boutté hizo sus primeros pinitos musicales, además de formar parte de la sección de viento de la banda de su instituto.
Después de pasar por la Universidad, se enroló en el ejército como una forma de devolver el préstamo de estudios y estuvo destinado en Corea del Sur, en la llamada zona desmilitarizadas que separa las dos Coreas, y ahí fue, paradójicamente, donde adquirió una conciencia musical definitiva para terminar regresando a los Estados Unidos, concretamente a su ciudad natal donde sigue viviendo muy cerca de la casa donde nació, para empezar una carrera como músico profesional.
Otra parte de la formación musical de Boutté, fue la iglesia y los coros gospel, pieza fundamental en los cultos. A toda esa base, nuestro protagonista sumará a figuras como Stevie Wonder (de hecho será éste quien le anime a iniciar su carrera profesional), Marvin Gaye, Roberta Flack o Allen Toussain, entre otros, incluidas dos de sus hermanas, Lillian y Lorna.
Fiel a una forma personal de entender la industria musical, Boutté ha ido desarrollando su carrera artística en sellos pequeños, que le permiten tener un control grande sobre su música, y con Nueva Orleans siempre como punto de referencia, una ciudad en la que el título de “músico callejero” está lleno de dignidad. Como ha dejado dicho el propio músico “vivir en Nueva Orleans y encontrarme con el público que viene a mis conciertos allí, es menos estresante y un mejor modelo de negocio.”
Una de las anclas culturales a las que se agarraron los habitantes de una Nueva Orleans post huracán, fue precisamente la de Boutté, como ha dejado narrado un periodista norteamericano que vio como un grupo de personas golpeadas por la tragedia, en un momento determinado, empezaron a cantar una de sus canciones, y al poco rato estaban dando palmas y sus estados de ánimo habían cambiado radicalmente.
Relación que Boutté ha devuelto en forma de canciones que tienen al huracán como protagonista, como ha hecho con un tema que Randy Newman dedicó al huracán que golpeó el estado de Louisiana en 1927. Su manera particular de devolver a la ciudad un poco de lo mucho que ha recibido de ella.