Dentro de un ciclo de conferencias y talleres que organiza la Biblioteca Nacional de España hemos tenido el honor de asistir en una matinée de sábado a una, protagonizada por la reconocida ilustradora y autora de cuentos alemana Jutta Bauer.
Por darles una pincelada biográfica a los que no han oído hablar de ella les diré que seguramente sí que han tenido en sus manos uno de sus libros.
Nacida en 1955 en la ciudad de Hamburgo, al norte de Alemania, estudió en la Escuela Superior de Diseño de dicha ciudad y trabajó como caricaturista en una publicación semanal durante unos siete años antes de dedicarse a crear y a ilustrar libros de manera casi exclusiva. Es pues Jutta Bauer una autora, podríamos decir, tardía en esto de los cuentos.
Premio Alemán de literatura infantil y juvenil, Premio Católico, Premio Andersen de Ilustración 2010 y nominada al Premio Astrid Lindgren Memorial dos veces, en 2011 y 2012.
La conferencia contó asimismo con la presencia del ilustrador italiano Roberto Innocenti, conocido entre otros trabajos por sus magníficas ilustraciones de Pinocho. ( Carlos Feral).
Jutta Bauer en Madrid. La Conferencia de la BNE. Por: Carlos Feral.
La conferencia comienza con el recuerdo de la autora de los personajes, las ilustraciones que marcaron tanto su infancia como la influencia que dichos personajes ejercieron en su manera de ilustrar. Hace hincapié en que la mayoría de ilustradores que marcaron a los niños alemanes hasta la década de los setenta no eran precisamente teutones sino escandinavos, belgas, franceses o americanos. Uno de los que más ha influido en ella fue la finlandesa Tove Jansson porque es una autora que dibuja los personajes con alma. Despiertan empatía en el lector, hecho que tiene también importancia en el arte de Bauer. Se puede contemplar, por ejemplo, en su libro El mensajero del rey que el sentimiento bávaro que tenía su madre se refleja en los personajes, las vestimentas o las situaciones de la trama.
Resalta que no sólo autores han marcado su vida y posterior carrera sino que editores, como Jochen Gelberg, han sido decisivos en que ahora ella sea una autora conocida y respetada en todo el mundo. Gelberg fue el editor que, según ella, dio nuevos aires a la literatura infantil y juvenil alemana. Fue el primero que dio libertad a los niños en el campo literario y eso supuso una revolución editorial en los años setenta. Jutta le considera un padre profesional. Además le agradece los contactos que le proporcionó con autores de renombre cuando ella era una gran desconocida y esas colaboraciones resultaron esenciales para darse a conocer.
Como ya comenté antes fue caricaturista profesional pero aunque era una escuela de aprendizaje inmejorable, la presión de tener dos millones de lectores semanales suponía una tensión añadida que le producía cierto disgusto, así que a pesar del cariño que tuviera a muchos de los personajes de sus tiras como Bat Minna, una especie de Batman femenino cuyas historietas tuvieron mucho éxito entre los lectores, decidió dejar los semanarios y pasarse a las publicaciones de libros.
Siempre lleva encima un cuadernillo para realizar bocetos cada vez que le visita la inspiración y así evita perder la fugacidad de una idea.
En México, por ejemplo, durante una estancia en la selva esperaban la aparición de unos animalillos, una especie de roedores o de ositos de cola larga cuyo nombre desconozco y que nunca llegaron a aparecer así que imaginó unas escenas que apuntaban qué pasaría si esos mamíferos llegasen a aparecer alguna vez y de ahí surgió una historieta.
Ahora usa los bocetos como plantillas originales a partir de las cuales trabaja con ordenador pero conservando la esencia de la primera figura que imaginó y de la cual tomó el apunte en su cuadernillo. El ordenador sólo le sirve, pues, para modificar lo que necesita, conservando el espíritu, el gesto original. El grado de libertad que proporciona la unión del dibujo tradicional con las nuevas tecnologías es maravilloso. Ella pone el ejemplo con unos bocetos en los que se aprecia a una niña la cual tiene una pierna más larga que otra y una trenza los cuales puede modificar a su gusto hasta que queden como a ella le plazca pero sin tocar la expresión original de la cara ya que una variación de unos pocos milímetros pueden matar una expresión.Comenta que también ha ilustrado para adultos y pone el ejemplo de la poeta Anna Achmatova uno de cuyos libros ha ilustrado ella. Dice que es un libro que le encanta.
A los originales a veces les añade serigrafías y otros detalles que los hagan publicables, que se puedan exponer. Los dibujos pequeños o las grandes imágenes parten de bocetos en los que, aún después de pasar por el ordenador, puede verse su origen, el trazo del lápiz.
Cada vez usa más el collage y la modificación de estilos, es decir, que piensa qué ropa poner a los personajes o el tono de los dibujos (si va a ser chillón o reposado por ejemplo) antes de empezar a ilustrar. La reina de los colores, por ejemplo, no fue pensada como un libro sino como una película de dibujos animados con la antigua técnica manual del recorte en la cual se recorta una figura sobre distintos fondos para lograr un metraje total de tan solo cinco minutos. Al hilo de esto comenta que le produce una enorme satisfacción que sus personajes salgan del papel a los teatros o a los dibujos animados y cobren vida. Alguna vez algún autor le ha comentado que sus personajes tienen ganas de moverse y ella reconoce que es verdad y que por eso le encantan los dibujos animados.
Ahora, Jutta Bauer hace un pequeño recorrido y nos cuenta anécdotas de sus personajes, comenzando por la oveja Selma, que fue inicialmente concebida para felicitar a sus amigos y editores con una original postal de Navidad pero que casi sin querer se convirtió en uno de sus personajes más conocidos a pesar de no haber sido concebido en ningún momento pensando en un fin comercial o editorial El hecho de vender centenares de miles de libros a partir de una circunstancia tan anecdótica es un verdadero milagro. Es la demostración de que no todo es marketing y que hay personajes que funcionan por si mismos.
En Madre chillona también hay algo de autobiografía, o al menos de experiencia propia. Lo escribió como desagravio a su hijo pequeño cuando le chilló una vez que se había portado mal. Es una manera de disculparse con él, hecho cuento. La historia es simple pero bonita: Una madre pájaro chilla a su polluelo una y otra vez hasta que se va rompiendo en pedazos y al final sólo quedan sus patitas. La madre tiene que ir recomponiéndolo poco a poco. Preciosa metáfora que muchos de nosotros tendríamos que aplicar a nuestras vidas. Lo curioso de este libro es que durmió diez años en un cajón y vio la luz por un comentario en una feria del libro en la que le preguntaron a la autora si tenía alguna novedad en mente. De repente surgió la necesidad de publicarlo. Con él ganó el Premio de Literatura Juvenil.
En El ángel del abuelo hace un homenaje a los sentimientos de su abuelo y de su padre que vivió las dos Grandes Guerras Mundiales. Curiosamente en este libro dibuja a un nazi con su uniforme y su brazalete con la esvástica que puede parecer quizá poco apropiado para un cuento infantil (sobre esto le pregunté más adelante a la autora y pueden leer lo que me respondió en el apartado de preguntas al final de este artículo).Le dieron por este libro el Premio Católico pero ella aclara que ni es religiosa ni cree en ángeles. Lo hizo porque el ángel es un símbolo de la fuerza que los abuelos y padres transmiten a los hijos.
Una pequeña casa en el bosque también descansó un largo tiempo en los cajones. Es un libro sobre una cancioncilla popular que cantan los niños alemanes y que en un principio fue rechazado por las editoriales pero que tiempo después, salió como por casualidad y se dieron cuenta de que esa cancioncilla no sólo se cantaba en Alemania sino en muchos países más como Suecia, Francia o España. Es referida a un cervatillo y tuvo mucho éxito. Siendo la base la misma lo que suele cambiar de un país a otro son los personajes pero incluso el baile que la acompaña, si no idéntico, es muy parecido en todas partes. Perdonen mi ignorancia musical pero si compran el libro creo que viene la partitura y el baile al que se refiere la autora. Les decía que cada país adapta los personajes a su cultura y así en Francia querían al cervatillo con cuernos así que los editores allí le metieron Photoshop y asunto arreglado. También en China han modificado sus libros, sobre todo los colores, poniendo rosa intenso donde no lo había y cosas así. En Suecia querían que en vez de un ciervo fuera un enanito así que ella dibujó un cervatillo con la cabeza en forma de capirote y los suecos, por supuesto, no aceptaron. Jajaja.
El personaje de Emma se basa en pequeños dibujos que perfiló en un café de Grecia mientras esperaba a una amiga. Escaneó los bocetos y los adaptó con el ordenador, pero sin exagerar la perfección que la tecnología le permitía y respetando el trazo original del lápiz. Su idea con Emma era hacer un libro sin texto para fomentar que los niños hablasen con sus padres en lugar de que estos se limitaran a leerles el cuento como tantas veces se hace. Es una manera de interactuar a través de una historia y que los personajes cobren la vida que les quiera dar cada niño que seguramente expresará el cuento de manera diferente. La editorial estaba empeñada en introducir texto pero se salió con la suya y funcionó muy bien sin él. Además tuvo el valor añadido de que al no tenerlo se volvió más internacional.
Su última obra, El mensajero del Rey, tiene como protagonista a un pequeño roedor que debe llevar un mensaje muy importante al Rey y en el devenir del cuento se tropieza con toda suerte de dificultades como un perro malo, una madre cerdita en apuros de cuyos lechones tiene que hacerse cargo, subir una montaña extenuante, etc. Todas esas dificultades son una metáfora de la vida misma pero al igual que en la vida, siempre encuentra ayuda cada vez que cae y cree que ya no va a poder llevar a cabo su misión.
La última parte de la conferencia hace hincapié en sus charlas y talleres para niños y adultos y recalca que es algo que le hace disfrutar especialmente. Le encanta desarrollar una historia con los niños y se dedica a dibujar todo lo que ellos sugieren. A veces le toca dibujar cosas terribles como un hada devorada por una bestia salvaje y cosas parecidas. En algunas ocasiones los profesores de esos niños tratan de parar esa espontaneidad pero ella cree que, por una parte es bueno que los niños se enfrenten a sus miedos y que el malvado sea devorado y desaparezca, como por otro lado los mismos niños son capaces de inventar y diseñar situaciones que hacen salir airosos a los personajes como por ejemplo que salga de la barriga del lobo el personaje que éste había devorado sin que le haya pasado absolutamente nada.
Le encanta ver trabajar a los niños con grandes pinceles. La mayoría de veces la clase de plástica consiste en dejarles dibujar cosas pequeñitas en un DIN-A4 con lápices de colores bajo unas rígidas pautas que ahogan la creatividad. Piensa que es bueno que la pintura llegue a ser un ejercicio de actividad física. Lo ha aplicado por ejemplo en la realización de murales con niños de áreas desfavorecidas y nos enseñó un mural realizado por niños de un barrio marginal en Perú cuya calidad y colorido resultaban realmente asombrosos. La espontaneidad de trazo y color son realmente geniales. “A veces el virtuosismo no es aliado de la calidad”.
Me ha llamado la atención que comparta estudio con otros artistas. Tiene un precioso espacio con vistas a un canal en el cual también trabajan otros ilustradores los cuales, lejos de ser la competencia, colaboran entre sí para dignificar y difundir su profesión y su arte. Se apoyan, intercambian experiencias, resuelven problemas con los distintos editores e incluso han creado un archivo de ilustradores que gestionan ellos mismos y que sirve de mucha ayuda a los jóvenes que empiezan.
Y como también hacen falta momentos de retiro Jutta Bauer descansa en su casita del lago y recarga baterías por si una nueva idea emborrona de nuevo unas cuantas páginas de su cuaderno de bocetos.
Coloquio y Ronda de Preguntas a la Artista.
En este apartado, hago un breve resumen de las preguntas y las respuestas de la autora. Les pido perdón porque nuestros medios son los que son y además de las fotos y escribir lo que acontezca uno debe atender a la traducción y, en muchos casos, a lo que habla el vecino de al lado sin pudor alguno. El eco que hay en el auditorio de la Biblioteca Nacional es enorme y a menudo no se escucha bien. Les pido disculpas por ello de nuevo.
La primera pregunta hacía referencia a si es mejor dibujar manualmente que usando las técnicas de ordenador. La autora dice que ya anteriormente ha comentado que la espontaneidad del boceto a lápiz es insustituible pero que las tecnologías que existen actualmente son poderosas herramientas que mejoran y facilitan la labor, siempre sin abusar de sus posibilidades haciendo que el dibujo inicial pierda su esencia, su alma.
La segunda pregunta, que hice yo personalmente dice que si un ilustrador es o no políticamente correcto o incorrecto dentro de la sociedad que le toca vivir y le pongo el ejemplo de un dibujo de un nazi en el libro el ángel del abuelo, creo recordar, que en la Alemania actual al menos resulta chocante.
La autora me responde que dibujar algo políticamente incorrecto es una cuestión de interpretación. Debe ser posible hablar de todo en libros para niños sea política, sexo u otras cuestiones incómodas, todo depende cómo se haga. Se puede dibujar un nazi y que éste no resulte precisamente simpático. Si nos callamos es cuando dejamos solos a los niños. Y añadió textualmente: “Yo siempre he sido muy política y muy de izquierdas”.
La siguiente vuelve a insistir en las nuevas técnicas de animación y dibujo y ella contesta que las nuevas técnicas se usan para aprovechar cualquier modo de dar a conocer la obra que quieres difundir, sea una tira en una revista, un libro o una película de animación.
La penúltima hace referencia al pequeño formato de sus libros y a los temas que escoge. Jutta Bauer contesta que da preferencia al pequeño formato, cosa que a veces le acarrea algún problema con las editoriales. El pequeño formato es más manejable y además ella realiza dibujos pequeños y cree que hincharlos no les hace ningún bien. Le gusta que la publicación respete, dentro de lo posible, el tamaño del original.
En cuanto a los temas dice que ella cuenta sus historias y el que quiere las lee. Son obras para niños y para adultos y en el mejor de los casos para los dos a la vez.
La última pregunta se refería a los dibujos y sus temas si adaptaba los dibujos a los temas o si los dibujos le sugerían cómo debería fluir el hilo de la historia, dice Bauer que antes de ilustrar, uno debe decidir el tono, chillón como en La reina de los colores o, por el contrario, unas historietas que hizo en las cuales intentó sólo decorar, rodeando el texto con dibujos tenues para no quitarle protagonismo.
Y con una gran ovación se dio por finalizada la conferencia.
*Nota de la Dirección: Carlos Feral nos pide que hagamos extensivo su agradecimiento a todas las personas que se han interesado por él tan afectuosamente durante su ausencia. Gracias pues; en su nombre y en el de la dirección*