Les invitamos a dar un paseo virtual por los jardines de Versalles.
De la mano de Virginia Seguí pueden disfrutar de la curiosa y larguísima historia de cómo se fueron creando estas maravillas de la arquitectura y la naturaleza en un país referente en Cultura y Arte.
Francia en sus bellos jardines versallescos se nos aparece aquí como un lugar de ensueño, pero también como el fruto de la insistencia en la creación para disfrute del mundo.
Asistiremos a los entresijos de su construcción y también de sus cambios. A los nombres de quienes lo hicieron posible y los reyes que los soñaron. Y podrán ustedes casi pasear por sus rincones mientras el rumor de las fuentes nos acompaña en un ensueño del espíritu…
Los Jardines de Versalles. El Esplendor del Arte Barroco. Por Virginia Seguí Collar.
Versalles fue, y todavía es, una especie de representación de Luis XIV conocido como el Rey Sol. Su construcción y trazado fue tomando forma a partir de 1661 teniendo como centro neurálgico un pequeño palacete de caza de su padre, Luis XIII, por el que el nuevo rey sentía una especial predilección.
Se trataba de una construcción organizada en tres alas, realizada en ladrillo y piedra situada en una zona pantanosa pero poco estable para sustentar el proyecto del rey; por lo que su construcción requirió un tratamiento de desecación del terreno y la organización de las aguas de manera que pudiera realizarse el conjunto planificado; en el que se proyectaba ampliar las edificaciones que existían así como rodearlas de jardines y espacios lúdicos.
El palacete atraía a Luis XIV al haberlo utilizado, en su juventud, como refugio y lugar de encuentro con la duquesa Luisa de la Vallière, su amante en aquella época. Las reformas comenzaron por modernizar su interior y redecorar su exterior con nuevos elementos ornamentales; poco a poco fueron añadiéndose al palacete un conjunto de edificaciones adyacentes y unos magníficos jardines que acabaron por conformar el nuevo Versalles del Rey Sol.
Tras la Paz de Versalles, en 1668, que puso término a sus primeros sus primeros éxitos militares; el rey creyó llegado el momento de iniciar su proyecto de reformas en Versalles; una de sus principales motivaciones para hacerlo fue su intención de trasladar la Corte; algo que fue sucediendo progresivamente.
La primera ampliación corrió a cargo de los arquitectos Louis Le Vau y François D’Orbay y diez años más tarde, cuando su poder alcanzó su cenit, encargó a Jules Hardouin-Mansart y André Le Nôtre, dos de los arquitectos de mayor fama de la época la ampliación definitiva del conjunto; ambos tenían experiencia en este tipo de construcciones Le Nôtre había sustentado su fama en la construcción, pocos años antes, del conjunto residencial y los jardines de Vaux-le-Vicomte.
En Versalles se enfrentaron a un gran reto: la creación de un sistema de edificios y jardines cuyas dimensiones, disposición y suntuosidad mostraran al mundo la idea que Luis XIV, como monarca más poderoso de Europa, tenía de sí mismo.
El proyecto no era del agrado de todos los miembros del gobierno; el ministro de finanzas Jean Baptiste Colbert y otros cortesanos de prestigio criticaron el gasto que supondría la realización de unas obras de tales dimensiones; la voluntad del rey fue firme y, finalmente, el proyecto se llevó a cabo.
Saint-Simon describió Versalles como un lugar miserable e insalubre con déficit de agua y de bosques y con un suelo poco firme; en definitiva, un lugar pantanoso e insano que solo podía ser perjudicial para la salud de sus habitantes. Estas opiniones tampoco hicieron desistir al rey de su propósito; pero sí consiguieron que tomara medidas al respecto mandando desecar el pantano y rellenar la zona con tierra traída de otros lugares; después ordenó repoblar la zona con árboles adultos creando los bosques necesarios para mejorar la situación.
Pero el proyecto tampoco hubiera sido posible sin la abundancia de agua; por ello ordenó construir las infraestructuras y mecanismos hidráulicos necesarios para la conducción del agua hasta la zona; algo indispensable tanto para el abastecimiento de los futuros habitantes de Versalles como para el mantenimiento de los jardines y el buen funcionamiento de las fuentes.
El resultado de todos estos cambios fue la creación del espacio ajardinado más grandioso del mundo occidental. Pierre Patel reproduce imaginariamente los jardines y el palacio en un cuadro fechado en 1668, aunque en él no se aprecia todo el conjunto que todavía no estaba construido.
El palacio el centro de referencia, a partir del cual un conjunto de avenidas distribuidas en abanico se van ramificando sucesivamente para ir definiendo las diferentes zonas del jardín; configurando una especie de sistema solar, en los que cada rayo se convierte en avenida conduciendo a algún lugar emblemático del jardín.
En el Plan du Bus, realizado en 1661, es el más antiguo que se conoce del conjunto; en él aparece ya el Petit Parc; un parterre de 93 ha de superficie limitado por la avenida principal que cruza el Estanque de Apolo; Jacquex Boyceau fue el encargado de su construcción.
Una segunda zona de extensión diez veces mayor, actualmente denominada Grand Parc, se prolonga mucho más allá del canal y a continuación la antigua reserva de caza o antiguo Grand Parc en el que estaban situados los pueblos de Saint Cyr, Rennemoulin o Marly; todo este espacio estaba cercado por un muro de 43 Km de longitud jalonado con 22 torres.
Kluckert, en su obra sobre jardines europeos, menciona la cronología de la construcción de Versalles. Retrocede hasta 1623, momento en que Luis XIII construyó su pabellón de caza. Jacques Boyceau proyectó el primer jardín en 1638. En 1661, ya bajo el impulso de Luis XIV, fija la construcción del parque y del palacio y, el año siguiente, el proyecto de los parterres y los bosquetes que proyectó Le Nôtre. En 1666 se inauguraron los jardines con una gran fiesta estrenándose también la obra de Moliere: El Tartufo; y ese mismo año se construyó el laberinto que fue sustituido por el Bosquet de la Reine en 1675.
En 1668, Le Vau amplia el palacio y procede a demoler el pueblo de Trianon; en 1670 se construyó el Trianon de porcelana que fue derribado en 1687. En 1671 Le Nötre construye el Bosquet du Théatre d’Eau y en 1674 la Corte va trasladándose poco a poco a Versalles.
La máquina de Marly, comenzó a construirse en 1676; mediante esta grandiosa construcción y un sistema de bombeo se lleva agua a Versalles permitiendo el montaje de todo el sistema de agua necesario para el mantenimiento de los jardines, los juegos acuáticos de los estanques, el consumo, etc.
Hardouin-Mansart amplió el palacio en 1678 y al año siguiente proyectó el Estanque de los Suizos. El Gran Canal cuya construcción se había iniciado en 1667 se finalizó en 1680; el Bosque de Rocallas y el Anfiteatro son de 1681. Todas estas obras requirieron el trabajo de más de 36000 obreros.
A partir de 1682 Versalles se convirtió en la sede oficial de la Corte francesa. Dos años más tarde se construye la Orangerie o Invernadero. Hardouin-Mansart construye la Columnata en 1685 y el Acueducto Marly-Versalles y en 1687 el Trianon de Marbre, más tarde el Grand Trianon, en 1699 se construye la Capilla del palacio. En 1700 muere André Le Nôtre, en 1708 muere Hardouin-Mansart y en 1715 Luis XIV.
Luis XIV redactó personalmente una guía para que los visitantes conocieran los jardines de Versalles: Manière de momtrer les Jardins de Versailles; disponiendo
el orden que debían seguir en la visita para contemplar las múltiples curiosidades que los jardines esconden. El rey era plenamente consciente del sentido conceptual que tenían los jardines y aunque era parco en palabras al en su guía no entraba a valorarlos, sino que se limitaba a mencionar, según él, los puntos iconológicamente esenciales para su comprensión.
El punto de partida era el vestíbulo del palacio y el Parterre d’Eau que desde 1685 quedo definitivamente conformado, las estatuas que lo adornan se realizaron dos años después; representaciones de puttis, ninfas y personificaciones del Loira, Ródano, Saône, Garona, Dorgogne, Marne y Sena, es decir los principales ríos de Francia convirtiendo el lugar en una representación simbólica de Francia, que aparecía a los pies del rey cuando se asomaba a la terraza del palacio y, más tarde, desde la Galería de los Espejos.
El Parterre du Midi, situado en el lado sur, se enfrenta al Parterre du Nord en la zona norte; en sus ángulos occidentales se encuentran los Gabinets de Animaux; para, a continuación tras descender por la escalera superior llamada de Latona se accede al conjunto de la diosa, donde aparece junto a los saurios, las rampas y demás estatuas.
La diosa Latona da nombre la fuente que contiene su imagen y se convierte en uno de los lugares esenciales del eje. Según Alpatow, el Bassin de Latone hace referencia a la victoria del absolutismo frente a la represión de la Fronda durante la época de Mazarino. La escena representa a Latona, junto sus hijos Apolo y Diana, y suplicando a Júpiter castigue a los campesinos licios que la impiden beber; que acaban convertidos en ranas. Latona hace juego con Apolo situado en el extremo inferior del ala real.
Girando a la derecha, tras pasar al lado de la fuente del Point du Jour, a juego con su contraria la fuente du Soir se desciende hacia el Parterre du Midi, en el eje norte-sur, encontrando el Parterre des Orangers en un plano inferior y el estanque circular que enlaza ópticamente con la llamada Pièce d’Eau des Suisses.
Las estatuas de Apolo y Antinoo, copias en bronce de antiguas esculturas del Belvedere del Vaticano, enmarcan la zona a la derecha; Baco y Sileno hacen juego con ellas en la zona sudeste. Actualmente estas estatuas han sido trasladadas a una zona próxima a la fachada del palacio cercana al jardín.
A continuación la Orangerie y el Laberinto. La primera, construida por Hadouin-Mansart, formada por una galería principal de 155 m de longitud y otra lateral de 115 en la que invernaban miles de árboles; naranjos, adelfas, granados, etc.
El Laberinto, es una de las obras más interesantes de Le Nôtre, un espacio cuadrangular cubierto de árboles gruesos y frondosos, atravesado por diversas avenidas que se entrelazan entre sí dando al paseante distintas opciones por las que avanzar, contiene 39 fuentes decoradas con estatuas de animales reproduciendo las fábulas de Esopo; lanzan agua por sus bocas como entablando una amena conversación entre ellas.
La Columnata, de la que ya hemos hablado, es otro de los puntos culminantes del recorrido y está formada por un grupo de columnas de orden jónico que sostienen treinta y dos arcos corridos y coronados por jarrones, realizados en mármol malva y azul turquesa veteado en rojo y rosa; los escultores Coysevox, Mazière, Granier, Le Hongre, Le Conte y Tubi, tallaron un ciclo de puttis jugando y tocando instrumentos musicales haciendo referencia a los conciertos nocturnos que se realizaban en este espacio. El conjunto reunía las mejores técnicas arquitectónicas, escultóricas e hidráulicas.
La Salle de Bal o Bosquet des Rocailles es en realidad un anfiteatro inspirado en modelos italianos y fue realizado entre 1681 y 1683.
El Gran Canal comenzó a construirse en 1677 concluyéndose en 1680; fue concebido en forma de cruz con 1650 m de largo y 62 de ancho; su brazo trasversal mide 1013 m de largo, en su extremo sur quedaba la casa de las fieras, destruida durante la Revolución Francesa, y su brazo se extiende hasta el Grand Trianon. En tiempos de Luis XIV una flota de recreo navegaba por él.
El Théatre d’Eau es una de las creaciones de Le Notrê ; contiene una gran variedad de juegos de agua. Existe un espacio reservado a los espectadores desde la que visualizaban, en un espacio superior, una especie de escenario donde se mostraban dota esa multitud de sofisticados juegos de agua partiendo de fuentes y surtidores
El Bosquet du Marais parece que se construyó a instancias de Madame de Montespan entre 1671 y 1673. Un estanque rectangular construido a modo de charca en cuyo extremo un frondoso árbol construido en metal sobredorado lanzaba potentes chorros de agua sobre el estanque; fue destruido cuando se instaló en su lugar el Baño de Apolo.
El Bassin du Dragon, se sitúa en el eje norte-sur, delante del Bassin de Neptune, contiene cuatro delfines y cuatro puttis cabalgando sobre cisnes; en el centro un dragón de alas extendidas que, furioso, escupe agua en lugar de fuego por sus fauces, el agua ascendía a 33 metros de altura y en presencia del rey llegaba a los 85, lo que se denominaba a la grand manière; simbolizando la serpiente pitón vencida por el dios Apolo; hacia finales del siglo XIX se remodeló la zona añadiendo nuevas esculturas.
El Bassin de Neptuno es uno de los colofones del jardín. Es original de Le Nôtre, una fuente que se curva como replegándose a modo de anfiteatro, el conjunto escultórico actual fue añadido por Luis XV en el siglo XVIII; el grupo escultórico principal representa a Neptuno con tridente y Anfitrite con cetro, al que acompañan otras figuras menores con Océano y Proteo y el dragón.
Destaca también el Bosquet de l’Arc du Triumphe que hacía juego con el Bosquet des Trois Fontaines. Se construyó un monumento conmemorando la Paz de Nimega, que resultó destruido en el siglo XVIII.
La Avenida del agua que el rey denomina a l’Allée des Enfants se debe a una idea de Claude Perrault, el proyecto fue realizado por Charles Le Brun; sobre una avenida en pendiente que avanza por delante de los bosquetes próximos a las fuentes del dragón se alzan 22 pequeñas fuentecillas adornadas con puttis y denominadas Marmousets; que cobran vida cuando el agua al rebosar cae y los envuelve.
La fuente del Bain des Nymphes es un estanque rectangular, con tres de sus lados decorados con relieves de plomo, en su momento sobredorados; el paño principal con las Ninfas bañándose fue realizado por Girardon.
Siguiendo la guía de Luis XVI, tras esto, se llegaría al Parterre du Nord; se encuentra rodeado de figuras alegóricas realizadas en mármol, representando las distintas partes del mundo, las estaciones, los temperamentos, las poesías satírica y heroica y un ciclo de filósofos antiguos.
El Trianon de Porcelana fue el primer edificio de recreo que Luis XIV mandó construir en las proximidades del gran palacio de Versalles; su construcción fue encargada a François d’Orby quien la realizó entre 1670-72 siguiendo el diseño de Louis Le Vau.
Se ubicaba en el terreno que antes ocupaba el pueblecito de Trianon que tuvo que ser demolido para realizar este proyecto. Una de las finalidades de la construcción de este pequeño palacete era complacer la amante del rey, la marquesa de Montespan. Su construcción les permitiría alejarse de la vida palaciega y disfrutar de un espacio más privado pero cercano a la Corte.
El conjunto estaba formado por un edificio principal con dos palacetes adyacentes a los lados, cerrando el espacio y creando un área circular que protegía la intimidad real con muros y verjas. Se trata de la primera residencia de recreo europea con decoración inspirada en el arte del lejano Oriente; desde entonces las chinerías triunfarían en Europa; pudiendo considerarse en origen de esta moda tan popular durante los siglos XVII y XVIII.
La porcelana era, por aquel entonces, objeto de grandes investigaciones; a Europa llegaban las producciones de porcelana china pero se desconocía su fórmula por lo que no podían reproducirse; fueron muchos los artistas que trabajaron en su descubrimiento. En este caso se imitaban sus efectos con loza que después se decoraba con los típicos motivos chinescos.
El paso del tiempo afectó gravemente este tipo de decoración y a la edificación en general; por ello el rey ordenó derribar el palacete quince años después; no obstante, se especula con la posibilidad de que lo que pretendía era modernizar las instalaciones y destruir cualquier vestigio que le recordara a Madame de Montespan; ya que su nueva amante, Madame de Maintenón, quería una espacio renovado libre del influjo de su rival.
En 1687 Hardouin-Mansart comenzó la construcción del nuevo Palacete que sustituyó al de la Porcelana, denominado Trianon Marbre; al año siguiente ya era habitable. Su construcción imita, al parecer, una Maison à l’Italienne compuesta por varias alas de una planta con cubierta rebajada. Un peristilo en el centro del ala principal servía de comunicación con el patio y con el resto de las construcciones. El ala derecha ocultaba el jardín secreto del rey. Todas las habitaciones tenían ventanales abiertos directamente sobre el jardín.
Los jardines de Versalles son, en realidad, como un intento de crear un paraíso pagano con el que reeditar el mundo clásico de belleza, armonía e inocencia que había idealizado desde su juventud; los jardines, como hemos visto, están plagados de estatuas de los dioses olímpicos de la Antigüedad griega y romana; las diosas: Venus, Diana, Ceres, Galatea, Proserpina, Latona, Aurora, Anfitrite y los dioses: Jupíter, Apolo, Neptuno, Baco, Saturno, Proteo y Céfiro; también hay otro tipo de personajes como: ninfas, tritones, vestales, cupidos, faunos, todos ellos pueblan las grandes y pequeñas avenidas que conforman los jardines. Para disfrute del rey y toda su corte.
Los jardines han sufrido posteriormente diversas intervenciones modificando espacios y creando otro nuevos; siguiendo las vicisitudes de la historia de Francia.
Flamenco Rojo
junio 22nd, 2015
Querida Virginia,
Hubiera sido necesario leer tú artículo antes de la visita que hicimos a los Jardines de Versalles en el 2007. Tengo la impresión que nos quedó mucho por ver. Gracias por el texto. Imprescindible para volverlo a visitar.
Un abrazo,
Pepe Gonce
Amando Carabias
junio 26th, 2015
De acuerdo con Flamenco Rojo, como casi siempre.