“Todo lo que me recuerda Grenoble me horroriza”.
Entre Henry Beyle (Stendhal) y esta ciudad los sentimientos extremos fueron recíprocos durante mucho tiempo, hasta que Grenoble se enamore del escritor; este escritor que en su autobiografía, La Vie de Henry Brulard, pormenoriza la vida en una capital de provincia, el Dauphiné, a fines del siglo XVIII.
El 23 de enero de 1783 nació en Grenoble Henry Beyle, hijo de Henriette Gagnon y Chérubin Beyle.
( Catherine Beaume )
Rojo y Negro, amor y repulsa, Stendhal y su ciudad natal. Por : Catherine Beaume.
La muerte de su madre adorada cuando tenía apenas 7 años inicia un largo periodo de malestar. “Con mi madre se acabó toda la alegría de mi niñez”.
Detesta su familia por línea paterna, su propio padre, su abuela, su tía Séraphie (Gagnon) que hace de madrastra y una de sus hermanas, Caroline, que tilda de soplona. Sobre todo en la casa de la calle estrecha de los Ancianos Jesuitas reina el terrible Padre Raillane, su preceptor. Escribirá: “Me amargaron la niñez… Tenían caras severas y constantemente me impidieron cruzar una palabra con niños de mi edad.”
En la casa de su abuelo Henri Gagnon, con vistas a la Calle Mayor, a la Plaza Grenette y al Jardín de la Ciudad se respira más libertad y a pesar de no salir solo a la calle puede observar la vida ajena. El Doctor Gagnon dirige sus lecturas, su tía abuela Elisabeth tiene un carácter noble, su tío abuelo Romain se alumbra con candelabros de plata… La azotea con su parra es un refugio porque Séraphie nunca viene aquí, “es un momento de respiro.”
Aprecia los paseos en el campo y en sus Memorias de un turista escribirá descripciones entusiastas de su Dauphiné. Pero se siente prisionero y se rebela y se escapa y le castigan, y se rebela aun más. Con los cursos en la Escuela central disfruta de una relativa libertad y entra en contacto con los Jacobinos de la Iglesia San Andrés. Cuando la etapa del Terror, a pesar de las ideas de su familia, intenta que le admitan en el Batallón de la Esperanza, un círculo paramilitar republicano, quizás con el recuerdo del Día de las Tejas, el 7 de junio de 1788, día de rebelión en contra del poder real, día en que un niño de 5 años vio desde su mirador a la Calle Mayor a una anciana amenazando a los soldados con sus zapatos gastados y a un sombrerero herido de un bayonetazo.
Durante sus últimos años en Grenoble empieza a salir al teatro y se enamora platónicamente de una actriz, sin declararse, lo que prefigura sus amores posteriores.
En 1799 se va a París so pretexto de presentarse al examen de ingeniero politécnico. Sé lo que detesta: el orden burgués encarnado por su padre y su ciudad. La capital le ilusiona, quiere escribir comedias, amar a una parisina. Pero como siempre se decepciona: no hay montañas en París cuando en Grenoble en cada esquina se puede ver a una por lo menos, y la naturaleza está domada, los árboles están podados. Sin embargo volverá muy poco al Dauphiné. Lo evocará en Rojo y Negro aunque lo ambiente en el Jura; se inspira de un caso real ocurrido en el norte de la provincia que conoce muy bien por las visitas a su hermana que vive allá y ha leído la crónica del proceso en la Gazette des Tribunaux.
Después de la época napoleónica, sus viajes a Alemania (donde elegirá su seudónimo más famoso en la ciudad de Stendal) y a Rusia, encontrará su país de predilección, la “cara mia Italia”. Escribe a menudo en italiano, como su epitafio: Arrigo Beyle, Milanese, pero Henry Beyle el milanés se morirá en París el 23 de marzo de 1842 y yace en el cementerio de Montmartre.
La postura de Grenoble frente a Stendhal evolucionó también. En 1885 se le dedicó una calle pequeña y triste. Pero ese mismo año cuando se publican manuscritos de la Biblioteca municipal entre los cuales está La vida de Henry Brulard , sus conciudadanos descubren que la ciudad ha dejado al escritor el recuerdo de “una indigestión abominable”, que el milanés es un “traidor” a su patria y no quieren dar ni un franco para la erección de un monumento ya que el ayuntamiento contribuyó con 1000 francos para una estatua en París. Todavía solo se puede ver un medallón pequeño en el Jardín de la Ciudad pero hay un Instituto Stendhal, una universidad Stendhal y sobre todo la Biblioteca sigue adquiriendo manuscritos que se pueden consultar en la Web en un sitio común a la Universidad y la Biblioteca. Mientras tanto quedémonos con los versos de Anna de Noailles:
«Tout l’espace est sentimal Todo el espacio es sentimental
Voici la ville de Stendhal. Ésta es la ciudad de Stendhal.»
Amando Carabias
noviembre 10th, 2011
Al final, la exisitencia propia explica las razones y los temas de la escritura.
Isolda
noviembre 12th, 2011
¡Qué verdad dice Amando!
Catherine, como supondrás he prestado especial atención a tu artículo.
Besos siempre.