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Símbolo y Alegoría de las Flores. I. Por: Vicente Cuesta

 

 

 

Este artículo fue publicado en El Correo de Moda, que trataba temas de literatura, educación, labores teatros y modas; destinada al público femenino ya que tenía como sobre título Albúm de Señoritas, inició su publicación en 1851. Se publicó en el número 707 del año XVII el 24 de septiembre de 1867 y está firmado por el escritor Vicente Cuesta, que estaba casado con la también  escritora Angela Grassi que en esta época dirigía la revista. Es un claro ejemplo del tratamiento que las revistas de este tipo, daban a los temas que trataban; destinadas a la educación de la mujer, ilustraban a sus lectoras con artículos relacionados con los temas antes citados sin olvidar su aspecto religioso. Hemos conservado su ortografía original, pero vamos a ilustrarlo con imágenes al hilo del texto para actualizarlo como corresponde al siglo XXI en que vivimos; algo que no fue posible en el XIX cuando fue escrito y publicado.

 

 

 

 

Símbolo y alegoría de las flores I. Por  : Vicente Cuesta.

 

 Puede asegurarse sin miedo a ser desmentido que la cruz del Salvador estiende su sombra sobre todo el mundo vejetal. Desde esta época los árboles y las flores, que habian sido asociados á las divinidades y ritos paganos, principiaron á serlo de los nombres mas santos, y con frecuencia de los episodios de la misma crucifixion.

De este modo una orchidea, que se ha llamado gethsemane en el Cheshire, pasa por haber nacido al pié de la cruz y recibido algunas gotas de sangre en sus hojas, de lo que provienen las manchas de que se vé salpicada; lo mismo que el petirojo, el cual debe su mancha encarnada á la espina que le quitó a la corona de Jesucristo al intentar arrancar al Salvador su doloroso símbolo de rey. Una leyenda semejante se ha atribuido á la flor blanca jaspeada de púrpura de la acedera, que los antiguos pintores italianos, Fray Angélico, entre otros, colocan muchas veces en el primer término de sus cuadros representando la crucifixion. La hoja triple ó triangular de esta planta, que San Patricio, se dice, escogió, así como el trébol, para simbolizar la Trinidad, y el nombre de Alleluia que se le da en Italia, puede muy bien haber contribuido para hacerla adoptar por los pintores en sus cuadros religiosos. <Las flores alrededor de la cruz parecen glorificar á Dios>

 

 

 

Existe una planta que, al menos en el Norte de Europa, estaba como ligada mas particularmente á los sufrimientos de Jesucristo: esta era el espino blanco, del que, segun la opinion general, estaba formada la corona de espinas. Hoy se sabe que esto no pudo efectuarse; pero el recuerdo de la antigua creencia puede muy bien dar mucho interés á esas espinas blancas que se encuentran frecuentemente en las ruinas de los monasterios, en los que sin duda alguna se habian plantado con esa intencion.

 

 

El espino blanco es uno de los árboles mas favorecidos por el pueblo; y en Bretaña, y en algunas partes de Irlanda, se mira como un acto temerario coger hasta una hoja de ciertos matorrales espinosos que crecen solitarios en el fondo de los pantanos, cita habitual de las hadas. Pero ningún mal espíritu se atreve á acercarse al espino blanco, tan grandes son sus virtudes.

 

 

 Sobre este asunto dice el anciano señor Jolm Mandeville: <Entonces Nuestro Señor fué llevado á un jardin … Allí los judíos le escarnecieron, le hicieron una corona de ramas de espino, que cortaron en el mismo jardin, y se la pusieron en la cabeza… Razon por la que el espino blanco posée muchas virtudes. El que lleva consigo una rama no tiene nada que temer del rayo ni de tempestad alguna; ningun mal espíritu entrará en la casa en que haya espino blanco… En seguida Nuestro Señor fué llevado ante los Obispos y los Maestros de la Ley á otro jardin… y allí fué tambien interrogado y escarnecido… y coronado de espino blanco… Despues fué arrastrado al jardin de Caifás, donde fué coronado de escaramujo… y concluido esto, conducido á el cuarto de Pilatos, en donde fué coronado… Allí hicieron la corona con juncos de mar; la mitad de esta corona está en París y la otra en Constantinopla; con esta corona puesta fué crucificado el Señor; razón por la que deben amarla y adorarla mas que otra alguna.>

 Las diversas creencias relativas á la corona de espinas se ven mezcladas en este pasaje de un modo curioso. Creer que estaba hecha de espino blanco era natural en el Norte de Europa, y el perfume del espino fue el que llenó el aire, cuando, según la leyenda, floreció de nuevo la santa corona en el momento en que Carlo Magno victorioso, vino a arrodillarse ante ella. El berberí es el espino santo de Italia, la disposición de sus espinas en grupos de tres, quizás le haya valido este carácter sagrado, El junco era uno de los arbustos consagrados por las tradiciones de Oriente; pero la creencia de Oriente, repetimos, se ha fijado en la planta que probablemente fué la verdadera que se empleó, el nabk (zizyphus Spina Christi), especie de espino cerval.

  

Encuéntrase esta planta en los alrededores de Jerusalen; es la misma que el atad de la Escritura, cuyo nombre ha sido traducido por la palabra bramble (zarza), en la versión inglesa.

El nabk tiene grandes hojas verdes, en forma de corazon, y produce un fruto con gusto y la apariencia de una patata salvaje; según Gardner Wilkinson, es el loto de Homero, el fruto encantado de la tierra. Los comedores de loto hacían una especie de vino; origen, segun se cree, del mitho homérico.

 

La leyenda que pretende que el pobo ha sido empleado para la cruz del Salvador, y que las hojas de este árbol han temblado después perpétuamente, no remonta á una gran antigüedad; es mas bien local que universal. La agitación de las hojas se mira, en algunas partes de Alemania como el castigo de la arrogancia de este árbol, que rehusó bajar la cabeza cuando Jesús pasó por los bosques del Norte, mientras los demas árboles se inclinaban humildemente ante Él. Esta historia, que se encuentra en otras partes, recuerda la palmera milagrosa del Evangelio de la Infancia, que inclinó su corona de frutos para alimentar á la Vírgen que descansaba á su sombra, en recompensa de lo que el divino Niño le dirigió estas palabras: <Levántate, oh, palmera, y sé la compañera de los árboles que están el paraíso de mi Padre.>

 

 

 

Una creencia aún menos general que la leyenda del pobo, es la que pretende que la cruz estuvo hecha de sauco, y razon por la que no se debe hacer nunca haces de esta madera para quemar, ni faltarla jamás al respeto; esta leyenda es tanto mas notable, cuanto ordinariamente la tradición de la Edad Media le atribuía un carácter muy diverso al sauco, que habia adquirido una mala reputacion desde que Judas se habia colgado de un árbol de esta clase.

 

 

 

Nada presenta de un modo mas completo el cambio, cuyo ejemplo hemos presentado, que las flores que han sido consagradas á la Vírgen.

Todas las flores, es cierto, pasan por serle consagradas; causa por la cual grandes ramos llenan las iglesias católicas durante el mes que le está consagrado, Mayo, como igualmente de guirnaldas de todos colores y especies rodean los cuadros de la Vírgen. Pero existen flores á las que el nombre de Nuestra Señora se fija mas particularmente, ya bajo una forma, ya bajo de otra.

 En algunas partes de Alemania, la primavera es la llave de Nuestra Señora (Frauensch-lüssel), porque, dice Grimm, es la flor que abre la primavera, la hoja verdigris, cubierta de una pelusa dulce y sedosa, de el alchimille comun, es la capa de Nuestra Señora; las gotas brillantes que brillan cuando el sol ilumina el rocío, son las lágrimas de Nuestra Señora; y el hermoso helecho vírgen, que tapiza con sus hojas delicadas y cabelludas las paredes de la cavernas del mar de pais de Cornouailles, recuerda también la Madre del Salvador, y en algunos paises de Europa se le conoce con el nombre de Cabello de Maria.

Para nosotros, estas plantas ligan nuestro pensamiento a la Vírgen; pero mucho tiempo antes que los primeros misioneros cristianos hubieran llegado á las playas del Norte de Europa, estas se ligaban a alguna gran divinidad femenina, cuyo nombre ha sido conservado en diferentes parajes.

 

 

De este modo, una especie de culantrillo es aun conocida en Islandia con el nombre de Cabello de Freyja; esta Freyja, la Frau madre y reina de los dioses del Norte, es la que en muchos casos análogos ha sido reemplaza por la Vírgen.

El pájaro de Nuestra Señora, el Marzenvogleiu de los alemanes, era en otro tiempo el pájaro de Freyja y la constelación del Cinturon de Orion, conocida en Irlanda con la denominación de mariariok,- huso de María.- es aun en Suecia el huso de Freyja. Aunque no siempre es fácil esplicar los atributos misteriosos ó el poder mágico de las plantas sagradas del Antiguo Mundo; las plantas de Freyja se distinguen en general de un modo singular por el color y la forma para indicar al punto la causa de la variacion que se ha efectuado. En algunos casos, la pureza de flor blanca ha justificado el cambio que ha hecho pasar bajo el patronato de la Vírgen, que ha reemplazado naturalmente á la diosa pagana, como Jhor y Odin se han visto reemplazados por San Juan y San Cristobal. Sin embargo, las dos flores que tienen con la Vírgen un lazo mas estrecho que todas las demás, las que dividen el manto de los jardines, son el lirio y la rosa, que se han consagrado en Oriente, mientras que Freyja reinaba aun sin protesta en sus bosques y landas; lo que no impide que se pueda señalar el mismo cambio en la historia y la dedicatoria de estados flores, después que el Norte se hizo cristiano.

 

 

 

 

 

El lirio se puso en relación directa con la Virgen en la historia de la Asuncion de la Madre de Jesus, que no fue aceptada generalmente antes de los principios del siglo XV aunque date del segundo. Segun ésta, cuando los Apóstoles, después del tercer dia del entierro de la Vírgen fueron á visitar la tumba en la que habian sepultado a la Madre del Señor, la encontraron abierta y llena de rosas y lirios blancos. Desde dicha época, estas flores se han transformado en emblemas especiales de la Virgen, conforme á estas palabras de la Escritura: <Yo soy la rosa de Sharon y el lirio del valle>. La flor que parece generalmente asociada á la idea de la Virgen, es el gran lirio blanco (lilium candidum) de nuestros jardines, la mas pura y bella de todas las especies. ¡Cosa singular! El pais natal de este lirio es aun materia de controversia.

En Palestina no se le encuentra en ninguna parte en estado salvaje, y se ha creido que podria ser una importacion del nuevo mundo. Pero está demostrado hasta la evidencia por el Dr. Lindley, que el verdadero lirio blanco figura en muchos cuadros italianos y flamencos de fecha anterior á los primeros viajes de Colon. Esta planta se cultiva hoy en Siria y Egipto como una planta exótica; pero es muy probable que fuera conocida en estos paises en épocas muy atrasadas, y que la pureza y belleza de sus flores les hayan valido una veneracion particular mucho tiempo antes de la era cristiana. Tambien es muy verosímil que este fuese el lirio á que los judíos atribuian la propiedad de combatir los sortilegios y encantamiento, razon por la que Judith se habia, se dice, coronado de una guirnalda de estas flores, cuando se presentó en la tienda de Holofernes.

 

 El lirio fué introducido en Europa durante el período romano, porque no debe ser otro que del gran lirio blanco del que habla Bede como de un emblema de la resurrección de la Virgen. Los pétalos, de un blanco puro, representan su cuerpo inmaculado; las anheles doradas, simbolizan su alma brillante de una luz divina.

En los cuadros de la Anunciacion, la rama de lirios blancos no se colocó en la mano del Arcángel Gabriel sino en una época mas próxima á la pintura italiana. Los pintores mas antiguos representan al Arcángel, ya con un cetro, ya mas raramente, con una pequeña rama de olivo. Pero en casi todos estos casos, el ramo de lirios se encuentra al lado de la Vírgen, con sus tres flores místicas coronando sus tres tallos verdes.

 

 

 

 

 

El origen de este número misterioso, según la leyenda, es el siguiente: <Un superior de los Dominicos estaba hacia muchos años atormentado de dudas concernientes á la Madre del Salvador; sabiendo que un hermano de su Orden, llamado Egidio, gozaba de una gran renombre de santidad y pasaba por inspirado de Dios, resolvió someterle las dificultades que le mortificaban. 

 

El hermano Egidio, habiendo tenido la presciencia de la venida del Dominico y del objeto de su visita, se puso en camino para ir á su encuentro, y á su aproximación, pegando en el suelo con un baston, esclamó: <¡Oh, maestro de predicadores! ¡Virgo ante Partum! Al punto, en el sitio que habia golpeado salió un lirio más blanco que la nieve. El hermano Egidio pegó un segundo golpe con su baston añadiendo: <¡Oh, maestro que dudais! ¡Virgo in partu! Y apareció un segundo lirio. Egidio no se detuvo y golpeando por tercera vez, exclamo: <¡Oh, hemano mio! ¡Virgo post Partum! Y un tercer lirio surgió para demostrar el milagro y para afirmar la fé del superior.

La eleccion de un dominico no deja de tener mucha oportunidad en esta leyenda. Los dominicos en su orígen tomaron una  larga parte del ferviente anhelo de devocion por la Vírgen María, que caracteriza el fin del siglo XII y principio del XIII. A este período pertenecen la mayor parte de las capillas de Nuestra Señora construidas en Inglaterra, y desde este momento el lirio apareció como uno de los principales ornamentos de arquitectura.

Los cisternenses especialmente, que no menos que los hijos de Santo Domingo, miraban á la Vírgen como una patrona, adoptaron este emblema en sus iglesias; y los lirios abiertos esculpidos por ellos decoran aun con su belleza melancólica las ruinas de las costas bajas, y los claustros de Fonuntains, de Rievauix y de Kukstall. Los cirternenses tenian tambien su historia del lirio.

Habia un hermano de su Orden tan grosero é imbécil, que no se le podia enseñar nada, y sin que pudiera guardar en su memoria mas que el Ave Maria; pero este fragmento de la salutacion angélica la repetia sin cesar. Por último, murió el pobre fraile , y de su tumba nació un lirio de oro puro, con las palabra Ave Maria trazadas en cada hoja.

Aunque fuera difícil encontrar un emblema de la Virgen mas hermoso, el lirio tiene aun mas valor  á nuestros ojos, pues de hecho es á esta flor á la que hizo alusion Jesucristo en su sermon de la montaña.

Si pudiéramos determinar con certeza la especie exacta sobre la que cayeron las miradas de Nuestro Señor cuando dijo á sus oyentes: <Considerar los lirios del campo,> es seguro que no hay flor en el mundo que deba inspirarnos tanto interés. Pero este es un punto difícil.

Las llanuras al Oeste del lago Gennesareth, que rodean el monte de las Beatitudes, están cubiertas en las diversas estaciones del año de muchas especies de flores de la familia del lirio, casi todos revestidos de brillantes colores. Pococke ha visto tulipanes salvajes en gran número, y conjetura que eran los lirios de Salomon.

 

 

Sir J. E. Smith crée que la planta de que se trata era la amaryllis lutea, cuyas flores de oro cubren los campos de Oriente durante el otoño; pero los viajeros mas modernos miran el lirio de Calcedonia ó martagon escarlata como el que Jesús hizo alusion. Esta especie, cocida en oto tiempo con el nombre de lirio de Bizancio, se encuentra en los paises que se estienden del Adriático á Levante, y es poco abundante en toda Galilea, donde el rhododendron es casi la sola planta que le disputa la preeminencia. Además está en flor precisamente en la estacion del año (el principio del estío) en que se crée fue pronunciado el sermon de la montaña, y sus altas pirámides de flores escarlatas esmaltan la llanura de puntos brillantes visibles á una gran distancia, y son muy á propósito para despertar la idea de la púrpura real de Salomon.

 

 

Los grandes jardines de los pasados tiempos, los religiosos y religiosas de la Orden de San Benito y de la Orden del Cister miraban los lirios de los valles como la verdadera flor de los campos. Aunque crezcan hoy en estado salvaje en muchas partes de Inglaterra, no es indígena; sin duda han sido introducidos del Medio del Europa por algun hermano Pacífico que cultivase esta planta con especial cuidado.

Como el gran lirio blanco, los lirios de los valles estaban consagrados á la Virgen, y las tradiciones de Inglaterra le atribuyen siempre pura y santidad. En algunos sitios del bosque San Leonardo en Sussex crece libremente, donde pasa por haber nacido de la sangre de este santo, que en otro tiempo combatió en el bosque durante tres dias consecutivos contra un reptil temible ó un dragon.

Aunque quedo victorioso, el santo fue gravemente herido en la lucha, y los lirios nacieron con profusion de todos los sitios en que la sangre manchó la tierra.

Vicente Cuesta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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