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Simbolo y Alegoría de las Flores. II. Por Vicente Cuesta ( Recopilación de Virginia Seguí)

 

Flores_Portada

 

 

 

Este artículo fue publicado por el escritor y periodista Vicente Cuesta en la revista madrileña El Correo de la Moda, apareció en el número 710 del año XVII y fechado el 16 de octubre de 1867, se trata de la continuación del publicado anteriormente en esta revista y al que todavía le queda una entrega más que se publicará en su día; dado que el primero tiene buena aceptación publicamos la segunda entrega para que los lectores puedan conocer el artículo completo. Se mantiene la ortografía original del siglo XIX. ( Recopilación de Virginia Seguí)

 

 

 

 

 

 

 

 

Símbolo y Alegoría de las Flores. Por Vicente Cuesta.

 

Artesasiáticas_JaponSir Eduardo Bulwer Lylton ha emitido la opinion en su Historia estraña (Strang history), que la madera de ciertos árboles, á los que se atribuyen propiedades mágicas, pueden poséer verdaderamente virtudes poco comprendidas y que merecian ser mas investigadas.

En algunas partes de Alemania se crée que el grito del cucú hace descubrir las minas, y ciertas plantas el pan de cucú (esta última es la gran ordichea púrpurea, tan comun en Inglaterra),  pasan por crecer en abundancia y desarrollarse prodigiosamente en los lugares donde las entrañas de la tierra son ricas de metal. El cucú ha sido uno de los pájaros principales para los augurios, y muchas que aparecen casi al mismo tiempo que él han recibido su nombre y una cierta parte de su carácter profético. en el número de estas plantas es preciso colocar, sin duda, el llantel, que se dice haber sido en otro tiempo una joven que, espiando á su amante á las orillas del camino, fué convertida en esta planta, que gusta de nacer al borde de los caminos. Cada siete años la planta se transforma en pájaro, en cucú, ó en servidor del cucú el dinuki, como se le llama en el Devonshire, el Wiedoph de los alemanes (abubilla), que, segun se dice, sigue á su amo á todas partes.

Aunque no es muy dificil hacer remontar á los tiempos del paganismo el orígen de todas las plantas que los antiguos botanistas registran con los nombres de santos, ó como distinguidas con un epíteto religioso, hay muchas que no conocemos mas que por su canonizacion moderna, y que debemos aceptar como representandoMonasterioCamaldoliElVaticano mas directamente el jardin y el herbario monástico.

Para saber cuán ámpliamente estaban llenos estos jardines y herbarios, y cuánto encerraban de plantas famosas en la antigua medicina, baste echar una mirada por los planos del gran Monasterio de San Gall, dibujados, segun se dice, por hacia fines del siglo XVIII. En estos planos, cada platabanda del jardin está indicada con el nombre de la planta que debia cultivarse. Esta fué sin duda la causa de sus supuestas virtudes como panaceas ó yerbas milagrosas para las heridas de nombres, tales, como Angélica (ortiga blanca), que se han dado á las plantas que aun lo llevan. La yerba bendita, herba benedicta (geum urbanum), era un remedio casi universal. Sus hojas graciosas de tres puntas y los cinco pétalos de oro de sus flores, que simbolizan la Santísima Trinidad y las cinco llagas Eginardo_Carlomagnodel Salvador, atrajeron desde muy temprano la atencion del fraile artista, y hácia fines del siglo XIII la planta figura con frecuencia en las decoraciones arquitecturales, ya en los dibujos ya en las murallas, ya cortadas en las hojas que rodean los capiteles de las pilastras.

La verbena, llamada yerba santa, hubiera debido colocarse quizás en la primera division, pues que segun Plinio, era una de las plantas sagradas de los druidas, que la recogían en todas especies de ceremonias místicas. No sería muy fácil darse una razón de cómo sus raquíticas espigas de flores grises han gozado de una reputacion semejante, si no la halláramos en estos versos antiguos:

Hail to thee hoy herb!

<Salud yerba santa! tú ue creces en el suelo del monte de las olivas. Tú eres muy buena para muchos males, y tú curas muchas llagas; en nombre del dulce Jesus, te arranco de la tierra.>

El trébol, ó yerba de la Trinidad, posée su mayor interés en el particular empleo que, segun la tradicion, hizo de ella San Patricio para esplicar el divino misterio. Sin embardo, esta historia no se encuentra en las vidas de Santos, ni aun en la mas reciente y novelesca que ha publicado Colgan.

La hoja que se reconoce hoy generalmente como el emblema de Irlanda es el trébol banco; pero el nombre de Shamrock (trébol) parece ser genérico, y se aplica igualmente al trébol encarnado, á la verónica y a la pimpinela. La hoja de yerba de la Trinidad es naturalmente perjudicial á los hechiceros. La verónica es una de las plantas que en Inglaterra se da el  hombre de Shamrock, y es lo mismo que la anterior, eficaz contra los encantos, y sus flores azules brillantes pasan por representar, por su forma y dibujo, el pañuelo de la Santa Verónica, en la que están impresas las facciones del Señor.

Verónica

Muchas otras flores han recibido nombres de santos por razones menos definidas, las unas sin duda porque ellas florecian en la fiesta de los bienaventurados, y las otras porque se las encontraba en abundancia en el lugar donde se conservaban sus reliquias. Así es que á pesar de que las campanillas de Cantorbey, que abundan en el bosque de Kent, no tengan ninguna relacion directa con  Santo Tomás, puesto que toman su nombre de las campanúlas o cascabeles de los peregrinos, á los que parecian en su forma el pequeño clavel rojo (diantus prolifer), que se encuentra en estado salvaje en los alrededores de Rochester, es quizás el tipo  primitivo del dulce San Guillermo; porque la palabra santo no se ha abandonado sino hasta despues de la época de la demolicion del relicario de la catedral de Rochester.

Esto no es mas que una conjetura, y no tratamos de resolver la cuestion de  saber si las yerbas y flores brillantes que forman una de las principales glorias de los jardines á la moda antigua, estaban plantados á la memoria de San Guillermo de Rochester, de San Guillermo de York, ó hipótesis mas probable de los tres, de San Guillermo de Aquitania, santo mitad soldado mitad fraile, cuya fama ha sido tan grande en todo el Mediodía de Europa.

Montalembert_LaTourLos encantos y la tranquilidad del jardín monástico, un mundo de belleza posible, las mas veces instalado en medio de bosques y montañas salvajes, han sido elocuentemente descritos por M. de Montalembert, el mas agradable y mas elocuente, y hasta cierto punto de vista mas imparcial de los numerosos defensores de la causa de los frailes en estos  últimos tiempos.

A los benedictinos y á los cistercienses, los primeros grandes agricultores de Europa y primeros grandes horticultores, los verdaderos predecesores de los Henderson y Veitche de nuestros dias, les somos deudores de un gran número de flores querida, que jamás podrán trastornar sus rivales modernos mas alegres, pero de menos duración.

El alelí de tan suave perfume; la encarnada anémona, que florece hacia Pascuas y que se llama en Palestina gota de sangre de Jesucristo; el almendro, uno de los símbolos de la Virgen, y la caléndula, también consagrado á ella, no son otra cosas que antiguos amigos que en otro tiempo acompañaron á los peregrinos á Siria, y que de su jardin se han esparcido en toda la superficie de Europa.

En el recinto tranquilo de los muros de su Monasterio, el buen fraile ha estudiado la hoja, la flor y el insecto, que le han servido despues para decorar las márgenes de sus misales y breviarios, para ir desde allí a adornar los capiteles de las iglesias.

Del mismo modo, en el jardin del claustro, el fraile estaba acostumbrado á meditar sobre las maravillas de las plantas que le rodeaban, y á encontrar toda clase de emblemas misteriosos en sus marcas, dibujos  formas. Muchas presentan la imágen de la cruz.

La cruz pude verse en el centro de la adormidera encarnada; y en Roma existia, en el jardin del convento cisterciense de Santa Potenciana, una higuera cuyo fruto, dividido, mostraba una cruzAbadíaPortRoyal verde, incrustada en la pulpa blanca, teniendo en sus ángulos cinco granos representando las cinco llagas.

Esta higuera misteriosa está descrita y pintada por Bosio, que la compara al Crocefisso de la cepa, en Valladolid, imagen de Nuestro Señor, formada naturalmente por una cepa de viña estrañamente torcida.

En las Canarias no se corta jamás la banana con un cuchillo, porque este fruto igualmente presenta la imágen del Crucifijo; del mismo modo, la raiz del helecho hacer ver la imágen de una encina.

Pero la mayor de todas las maravillas de este género, es la flor la Pasionaria; la fama de esta flor data del año 1609, que llegó á Roma mientras que Bosio trabajaba en un enorme infólio sobre el Triunfo de la Cruz.

Ante ella, Bosio suspende su obra dudando pronunciar su opinion sobre esta flor maravillosa y admirable (stupendo e maraviglioso fiore), de la que se le habia hablado, que la cosa de algun modo era demasiado monstruosa y extraordinario (monstruosa e straordinaria), para que pudiera creerse, pero no queriendo pasarse sin hacer mencion, habla de ella como de una cosa inaudita.

PasionariaLos dibujos y las descripciones de la flor pasionaria fueron publicados por vez primera en España é Italia en 1609. La principal autoridad de Bosio era el padre Manuel de Villegas, fraile agustino, natural de Méjico, que visitaba á Roma en esta época. Pero la relación maravillosa estaba confirmada, se aseguraba, por muchas personas de gravedad y de peso (di qualitáe di gravitá), que habian viajado en Nueva-España, y particularmente por ciertos jesuitas mejicanos.

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Parecia, dice Bosio, que en esta maravillosa y misteriosa flor de las cinco llagas, como la llamaban los españoles, el Creador del mundo habia querido representar los principales emblemas de la Pasion de su Hijo; de modo, que en un tiempo dado pudiera ayudar, por la esplicacion que se pudiese hacer de sus maravillas, á la conversion de los paganos en los paises en que se habia criado.

En seguida describa la flor en estos términos:

Los pétalos superiores son de un color leonado en el Perú, en Nueva España son blancos, manchados de rosa. Los filamentos que están encima y que parecen franjas, sonRetrato_Giacomo_Bosio_El_Greco de un rojo de sangre, recordando las disciplinas con que fue azotado el Señor. En medio de la flor se ve la columna á que fue atado, y debajo los clavos, de un verde claro. Encima está la corona de espinas, rodeada de una especie de velo formado por muchos hijos, en número de setenta y dos (número tradicional de las espinas de la corona de Jesucristo), del color de pluma de pavo (di color pavonazzo.)En medio de la flor y bajo la corona, se ven cindo señales ó marcas de color de sangre, representando claramente las cinco llagas principales que el Salvador recibió en la cruz.

La planta, añade, está muy cubierta de hojas, y estas por su forma, parecen al hierro de una lanza, y recuerdan el arma con que fué traspasado el costado del Señor.

Trebol_Pasión_ViolletLeDucA la caida de la no se cierra por completo la flor, y por el dia solo se abre á medias, conservando siempre la forma de una campana, de manera, que los misterios que encierra no pueden verse generalmente al primer golpe de vista.

Bosio, sin embargo, ha juzgado muy á propósito dibujarla completamente abierta para gusto de los lectores piadosos (per gusto d’ pii lectori), que tendrán de este modo el consuelo de contemplar en la flor las profundad maravillas del Creador de todas las cosas.

En los dibujos de la infinita sabiduría, la envoltura formada por la flor tiene el objeto, se supone, de indicar que los misterios de la cruz no debian ser revelados á los paganos de aquellos paises entes del tiempo deseado por el todopoderoso.Pasionaria2

A pesar de la suposición del inglés Pakison, el primero que ha descrito la flor de la Pasion en Inglaterra, y que ha visto en ella el emblema de las <brillante esrella del Occidente, la reina Isabel,> en memoria de la cual se deberia, segun él, llamárse la clematida virgen, la flor de la Pasion ha guardado su significacion y su nombre primitivos. Es el solo contingente importante que el hemisferio occidental haya traido á las flores simbólicas de la cristiandad, y sus flores estrelladas han tomado dignamente lugar al lado de las rosas y del trébol místico del adorno de las iglesias, como por ejemplo, en las cerraduras de la cajonería del coro de Sichfield y Hereford.CristoportandolaCruz_EscuelaFlamenca

(Se continuará)

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