Primer círculo
La presentación de Tiempo prestado el pasado 5 de mayo, fue un acto privado en el que nos colamos y de paso nos colamos en el restaurante Moments de Carmen Ruscalleda, (por error), hasta que por fin llegamos al salón Mimosa, que es un jardín en el interior de la manzana del hotel Mandarín Oriental, el mismo centro del Paseo de Gracia en Barcelona. Ya empezaba a anochecer. Llegamos con el tiempo suficiente para ver entrar a Diana Zaforteza, que organiza el evento y presenta el libro de Han, junto con Carmen Romero, eurodiputada y profesora de literatura, además de haber escrito página (con un boli sin tinta) en la historia política de España, y presidir el Círculo Mediterráneo, pero algo antes, antes de todo, Diana probó la megafonía, sentada en un taburete, saludó amigas y camareros, a unos y otros, miró con ojos de anfitriona, por si había alguien más, todo como en un ensayo general y esperó junto con el autor, que también saludó a los suyos, a que empezara el evento, más que nada porque llegara la gente que tenía que llegar, aunque prácticamente estábamos todos, incluso un abundante elenco de camareros que fue sirviendo exquisiteces orientales y cava a discreción. Y Diana Alfabia hizo la presentación. ( Elías Gorostiaga ).
Tiempo Prestado de Han Nefkens, o «Diana y el Mandarín Oriental» … Por : Elías Gorostiaga.
Segundo Círculo
Para ser un acto no anunciado, éramos los que estábamos y nadie más, supongo que nadie menos, teniendo en cuenta que después continuaba la fiesta con una cena, a la que ya no nos quedamos. Diana presentó a Carmen que inició el acto con disculpas por acabar de llegar de viaje y por ser aquel día el primero de campaña para las elecciones municipales, algo en lo que nadie había caído. Del libro comentó que era un libro duro pero que se leía con ganas, y me dio la impresión de que lo había leído deprisa, casi en esos momentos de aeropuerto en los que se espera para embarcar y durante el viaje en avión desde Bruselas, le ponemos un par de horitas o así, algo así de deprisa, que para estar de gira electoral, ya es bastante… supongo que alguien más se dio cuenta. Fue breve, mezcló los colores, redondeó las formas, sonrió algo con aquella sonrisa de los años ochenta, que todavía mantiene y terminó con aplausos suaves, mientras un camarero se me acercaba desafiante, con una bandeja de sashimi.
Tercer Círculo
Han tiene una dicción perfecta, no obstante ha vuelto a aprender a hablar (y con ello su reeducación). Nos lo cuenta y nos lo escribe, es su experiencia con la ataxia cerebelosa , que es la base de su novela, (la segunda novela que publica nos dijo Diana después de Hermanos de sangre y la primera en España), y de la que nace un hombre nuevo, al que la enfermedad le colapsa, le impide leer, caminar, hablar, pero no escribir. Fue interesante todo lo que dijo y la forma de decirlo.
-Gracias a Felipe, que fue el que se dio cuenta.
Dijo eso y todos miramos y sonreímos al novio, Felipe, que notó el problema con el farfulleo de las palabras, una de las características de la enfermedad y quizá gracias a eso le salvo de lesiones mayores. También Han fue breve y agradable, es de estos tipos al que le coges cariño, quizá también por la simpatía que tengo por los coleccionistas de arte, la gente generosa y quizá también porque hace falta gente valiente, que explique como son las cosas al otro lado del fango y las cosas, muchas veces, no son exactamente bonitas. Pensó Han, (y quizá lo llegó a decir), lo difícil que resulta escribir y olvidar que vive con AIDS, (de lo que murió su hermano), y no querer olvidarlo nunca, para ayudar a los demás, no por generosidad, tan solo por compartir, por eso también habló de su fundación, pero muy suavemente, como sin querer.
Diana leyó algunos párrafos y despidió el acto anunciando una beca para escritores, (no un premio), una ayuda para escribir y publicar (lo que se debe valorar mucho en estos tiempos de tantísimos escritores y tan escasos lectores) agradeciendo a los amigos, el haber asistido, aun sabiendo que faltaban muchos, e intuí que dejó fuera algo así como “no sabéis lo condenadamente difícil que es sacar adelante una editorial”, también por eso, mi simpatía por Alfabia.
Cuarto Círculo
Compartimos Tiempo prestado. Así vivimos todos, compartiendo un tiempo que no es nuestro aunque dispongamos de él. A estas alturas del relato, Carmen ya es una burbuja transparente, Diana sigue leyendo del libro como si lo acabara de descubrir, deja a un lado el acto, pero solo durante unos segundos, porque vuelve y va, sube y baja, quizá se esconde un poco o quiere obsequiarnos con un párrafo que no encuentra, es el olor de la Salvia o cualquier suavidad.
Solo quiero decirle a Diana que a día de hoy 25 de mayo, no lo he conseguido leer. Pregunto en la Casa del Libro de Paseo de Gracia, en Bertrand, Jaimes, y me contestan lo mismo “no nos lo han traído” y entiendo que es algo relativo a la distribución, sin embargo sí que veo todos los títulos de Blackie Books. Ya me pasó con Sukkwan Island, no había manera de encontrarlo, aunque al final apareció. Quizá los relojes de Alfabia no están sincronizados y se lanzan los libros antes de que lleguen a los ordenadores de los libreros, quizá.
Solo quiero decirle a Han, que la profundidad a la que te llevan los colores en los cuadros de Pipilota es como yo me imagino la ataxia. Salimos del acto, mientras sonaban los últimos aplausos de un público suave y exquisito. Para entonces las sombras cubrían por completo el salón Mimosa, rodeado de arriates de romero en flor, salvia, y desde luego mimosas muy podadas. No se acabó el cava, ni las cucharitas de crema de garbanzo, pero si el acto, discreto y aromático. Salimos al paseo de Gracia a esa hora en la que las tiendas empiezan a cerrar y en la que la gente corre al metro. Bajamos al apeadero, para coger el tren de la costa y allí volví a ver el círculo de la vida real, la gente apelotonada esperando los trenes, el cansancio de un día largo, el calor de los andenes, el ruido, el hacinamiento de la estación, el principio y el final de todas las cosas. Nos fuimos y entramos en los túneles, mientras la mitad de los viajeros, no resolvían ya ningún plan, tan solo querían llegar a casa. Por el camino, deshojamos distintos pétalos y entre los dedos nos quedó su olor.
Sabréis perdonarme, porque sois generosos, pero es la primera vez que me meto a hablar de un libro que no he leído, y espero que cuando llegue este espacio a mis lectores, ya haya podido comprar un ejemplar, leerlo y comentarlo, pero eso será en mi blog. Mientras tanto seguiré buscando todos los demás círculos que faltan.
Silvia
junio 11th, 2011
Tal que así fue. Resulta muy gratificante romper la rutina de un día cualquiera gracias a poder colarse en una presentación de una historia, así me pareció el contenido de aquélla tarde. Una historia que para el autor es la suya propia, y para los que asistimos al acto la prueba de que casi todo es posible. Seguramente por eso apenas me percaté del barullo del andén.
Amando Carabias
junio 13th, 2011
Si hay problemas con la distribución incluso en Barcelona, mejor los pobrecitos no nos quejemos mucho. Es tremendo que al final el esfuerzo de tantas personas (escritor, editor, imprenta…) pueda descarrilar por algo tan ‘mecánico’ como la distribución. Esperemos que se corrija, pues por lo que se cuenta creo que puede ser un libro muy interesante.