El centenario de la muerte de Tolstoi nos trae a la actualidad el ángulo homérico del autor de “Guerra y paz”, la visión que este gran novelista tenía ante la vida del campo – algo natural y real en él – como real y natural eran la ciudad y sus físicos laberintos para Dostoievski.
Dos concepciones distintas de los espacios que suele transitar el hombre y que quedaron analizados de modo excelente por George Steiner en su “Tolstoi o Dostoievski”. Rusia y Europa fueron tema literario muy destacado en la literatura del siglo XlX, y conociendo Europa, se decía, muchos escritores “redescubrían” su propia patria. Descendiendo a las páginas de las grandes novelas rusas, Tolstoi describe homéricamente los objetos: sean los anteojos de Bezoukhov, los vestidos de Anna Karenina o la cama donde muere Ivan Ilitch. ( José Julio Perlado )
Tolstoi, Dostoievski y Otros Autores Rusos. Por: José Julio Perlado.
En el caso de “Anna Karenina” se ha estudiado el preludio de la novela según la poética clásica tal y como si fuera el inicio de una gran sinfonía: efectos de contrapunto y armonía en la dualidad de los temas, maestría y técnica para exponer al lector las “oberturas”. En el caso de “Infancia, adolescencia y juventud”, la impresión también de sereno reposo que lleva en su seno toda epopeya, la armonía tolstoiana entre el hombre y el mundo. Es el orden del universo sobre la vida de un hombre y es igualmente la “alegría de vivir”, característica de la visión homérica.
Dostoievski, en cambio, nos acerca a otra visión del existir. Hay en él una arquitectura trágica, unos principios teatrales. Se ha considerado la influencia que en “Los hermanos Karamazov” pudo tener Corneille: todos los bocetos para las novelas de este gran escritor ruso están trazados como escenas teatrales. Al mismo tiempo, el periodismo y los acontecimientos de más importante actualidad inciden de un modo u otro en sus obras de ficción.: la composición de los diálogos, las cualidades dramáticas, revelan en Dostoievski su postura ante el tiempo. Es en ese tiempo que cruza el ser humano por la vida donde el bien y el mal se entremezclan y las sinuosidades del crimen se entrelazan a veces con el castigo. Y en medio de todo ello, la conciencia. Conciencia expresada sobre la rapidez del diálogo, en la hondura dramática de “El idiota”, por ejemplo, en ese “idiota” inocente y culpable a la vez.
Las leyes en Dostoievski nunca desaparecen: gobiernan secretamente el caos. Se desvela en este escritor el deseo metafísico: nos entregará para ello sucesivas confrontaciones entre los personajes y en alguna de sus grandes novelas dejará levantado al final de un capítulo – como ocurre hoy en nuestra “telenovelas” – el suspense y el enigma de su continuación.
Es Rusia, la gran literatura del XlX. En el XX, tras siete decenios de censura, Rusia volverá a tomar la palabra. Se abrirá la polémica ante “El doctor Jivago” de Pasternak, se abrirá la polémica ante “el caso Soljenitsin”. La Unión de escritores reconocerá al fin que “Un día en la vida de Ivan Denisovitch” de Soljenitsin descubría a un autor de gran talento. Pero Rusia será la patria siempre de los escritores esenciales. El Chejov de los cuentos y el teatro, el Gogol de la fantasía desbordante, la poesía profunda – ya en el siglo XX – de Joseph Brodsky.
Así Brodsky cantará:
“… y ante la voz de porvenir, de la lengua rusa
salen corriendo ratones, que en enjambre
se ponen a roer un trozo suculento de memoria
que es tu queso horadado.
Tras tantos inviernos ya no importa
qué o quién está en la ventana tras la cortina,
y en el cerebro retumba ya no un do no terrenal,
sino su susurro. La vida, a la que,
como algo regalado, no le miran la boca,
en cada encuentro muestra desnudos los dientes.
De todo hombre siempre os queda una parte de oración.
De hecho una parte. Parte de la oración”.
Pilar
diciembre 14th, 2010
Soy una admiradora de la literatura rusa, en especial estos autores que nombras -Tolstoi, Dostoievski y otros- y he leído varias veces «Anna Karenina, una de las novelas que mas me han gustado. Brodsky -en cambio- no lo había leído, y me alegro de encontrar aquí una muestra de su poesía.
Abrazo.
catherine
diciembre 19th, 2010
Muy interesante.
A mí me gusta más Dostoievski. Leí varias obras suyas y ví puestas en escena de El Idiota y Los Demonios, es apasionante verlas conociendo las novelas.
Me gusta más Soljenitsin que Pasternak..
Pero en todos los autores se encuentra el «alma rusa» u «alma eslava» como esta «parte de oración» en el poema al final del artículo.