Esperaba al otoño como algo deseado. Generoso en luces y sombras, su llegada enriquece cada año la naturaleza en nuestro entorno de amables imagenes, días tibios de recuerdos y añoranzas. Pero en esta ocasión no ha sido así y el calor se ha resistido, tenaz, en dejar el sur. A veces se oscurecía el horizonte con promesas de tormentas y el mar parecía perder el azul. Pasado este arrechucho todo seguía igual, nada cambiaba, y en las playas seguía desfilando toda clase de sombrillas y toallas. El otoño, mientras tanto , daba muestras de paciencia esperando. Sin embargo, en estos últimos días de verano, en la rutina diaria entre el mar y la ciudad, esta tomaba un lugar preferente al ofrecer atractivas ofertas y proposiciones que la hacían deseable como destino. ( Pilar Moreno).
Últimas exposiciones del otoño en Málaga. Por: Pilar Moreno.
En septiembre llegué a Málaga y conmigo el otoño y un sinfín de nuevas actividades. Otras que no lo eran tanto se dieron por terminadas. Una de estas fue la exposición que presentaba la Sociedad Económica de Amigos del País y que me dieron a conocer la creatividad de Suso de Marcos, nacido en Bimorto, La Coruña. Su inspiración está reflejada en los materiales que emplea, hierro, bronce, mármol, acero. Es una colección de esculturas que sorprende por sus formas y su simbolismo.
No podía dejar de visitar el Centro Pompidou, conocido como El Cubo. Está situado en el puerto, es una construcción cuadrada y de cristal. Esto es lo que ves antes de entrar al vestíbulo. Pero lo más importante de su superficie, las salas de exposiciones, conferencias y talleres están bajo tierra. La exposición permanente abarca los siglos XX y XXI con una colección de obras del Centre Pompidou de París, sobre la representación humana en las formas de pinturas, esculturas, películas, videos y otras instalaciones. Con septiembre terminaba también la exposición temporal con obras de Joan Miró y un proyecto de Catherine Bay, que recrea el cuento de Blancanieves. Una Blancanieves, sin enanitos, multiplicada por diez que recorrían las distintas salas de la exposición con prisas y como enfadadas. Todo muy extraño.
Cambié el bullicio de los bares, restaurantes , tiendas y el calor del puerto malagueño por el centro de la ciudad. Allí, entre callecitas estrechas e iglesias con bastante edad, está el museo Carmen Thyssen. Tuve suerte. Se inauguraba la exposición de una serie de carteles ilustrados de artistas tan conocidos como Toulouse-Lautrec, Braque, Mucha, Chagall, Steinlen, Miró, hasta Jeff Koons, una colección de Joseluís Rupérez y que se podrá visitar hasta febrero del próximo año. Me gustó la expresividad y lo artístico de las imágenes, pero yo eché de menos más evocaciones parisinas.
Hoy ha llegado la lluvia a Málaga, una lluvia prudente que ha perfumado el aire de esperanzas y proyectos para un otoño que tanto se ha dejado desear. Dentro de unos días tendré que dejar todo esto. Cambiaré los azules por otros cielos y continuaré mi camino lejos del sur. Aún hay tiempo, hasta el 6 de noviembre se puede conocer en la Casa Fuerte Bezmiliana del Rincón de la Victoria la obra de Fernando Núñez. En sus cuadros muestra el dominio del pincel y los colores en trazos muy delicados que envuelven la figura femenina en un halo delicado de misterio.
Reservo un tiempo para conocer la colección del Museo Ruso de San Petersburgo en Málaga, pero esta visita bien merece un capítulo aparte.