“El fondo del valle, pronto envuelto en las sombras, había revestido ya los tonos del anochecer. Irguiéndose más allá de la zona entenebrecida, a lo lejos, las montañas encendidas en las luces del sol poniente parecían mucho más próximas con sus relieves, acentuados por las sombras más huecas, más oscuras, y por su blancura un tanto fosforescente bajo el cielo rojo”.Son los matices de una página siempre cuidada con el esmero que presenta la escritura japonesa, una página de “País de nieve”, del Nobel Yasunari Kawabata. Ahora que lamentablemente Japón aparece en la cresta de la actualidad como la gran ola que pintó Hokusai, espuma de belleza y de terror sepultando vidas y anegando fortunas, la literatura japonesa extiende sus islas de cuentos y novelas a lo largo de siglos, las piedrecitas de sus relatos simbólicos y realistas resplandecen en lo profundo de la luz. ( José Julio Perlado ),
Un Recorrido por la Literatura Japonesa. Por : José Julio Perlado.
Kawabata es autor igualmente de “Lo bello y lo triste” o del “Diario de un muchacho” entre varias obras suyas, como son escritores importantes Junichiro Tanizaki con sus “Cuentos crueles” o “Hay quien prefiere las ortigas” , Yukio Mishima en “El pabellón de oro” o “Muerte en el estío”, Osamu Dazai en “Ya no humano” o , más cercano en el tiempo, Kenzaburo Oé en “Cartas a los años de nostalgia”.
Pero Japón posee un extraordinario caudal de historias memorables, como si la espuma de las olas gigantescas que la ficción levanta quedara siempre erguida sobre el mar de lecturas, En 1776 Ueda Akinari publicó la que es considerada la obra máxima en el género de lo fantástico y lo sobrenatural, sus “Cuentos de lluvia y de luna”. Allí se desplegó, como en tantas ocasiones, la minuciosidad de la descripción, la elegancia del estilo. Es el abanico del lenguaje que Japón abre en el cielo de la escritura para asombrar a tantos lectores del mundo como lo haría siglos antes en el volumen “Historias que son ahora del pasado” donde se narra la vida de tantos asuntos vulgares en la gran ciudad de Henian. Los “Cuentos de Ise”, que se remontan al siglo X, singular muestra de cuentos poéticos, pertenecen igualmente al tesoro de la literatura oriental, Como el celebérrimo “Libro de la almohada”, de Sei Shônagon, un prodigio de delicadeza en las confidencias de cuantas actitudes y pliegues puede esconder el alma.
Akutagawa Ryunosuke, estudiado en todas las literaturas como espejo múltiple de los puntos de vista narrativos gracias a su “Rashomon”, es otra figura esencial. Como no se puede olvidar a Noma Hiroshi con su “Kurai e” o a Shiina Rinzô en “El banquete de medianoche”. La lista de piezas literarias sembradas como archipiélagos en este océano de la creación sería muy numerosa. El lirismo se mezcla con relatos de viajes, los paisajes se exponen ante la mirada del lector gracias a la ondulación de todos sus matices, los testimonios se enlazan con confesiones desgarradas, los enigmas propuestos por los escritores japoneses se resuelven a veces en un trazo final de tragedia. Pero queda siempre la belleza en el párrafo, el pincel de una sensibilidad pasando sobre la piel de las letras tal y como si las pintara, recreándose unas veces en los sentimientos y otras en las situaciones humanas.
Capitulo aparte de este breve recorrido es la gran obra de Murasaki Shikibu, “La historia de Genji” en donde la rama del ciruelo va hermanada con los brotes primaverales, la flauta con el roble, la guirnalda de zarcillos con el primer canto del ruiseñor, la jungla de matorrales con el viento entre los pinos, la niebla nocturna con el grillo cascabel, y así Japón, poco a poco, pausada y exquisitamente, desde hace mil años, nos va contando las vidas de las flores y de los pájaros, el matrimonio de las nubes con la tormenta, y cómo la literatura deja una estela de belleza en el fondo de la profundidad y nos descubre la espuma de la vida levantada en la gran ola que pintó Hokusai.
Elías Gorostiaga
abril 10th, 2011
si, Japón y su literatura está en la cabecera de todos los lectores. Un bonito recorrido.
Amando Carabias
abril 11th, 2011
Buen resumen que, a la vez, abre el apetito para adentrarse más a fondo en una literatura poco explorada, por mi parte, lo confieso.
catherine
mayo 5th, 2011
Buen recorrido en la literatura japonesa, con ilustraciones magníficas.
El Japón lo descubrí por los ojos del autor suizo Nicolas Bouvier, en su Chronique japonaise, (2001, Payot en francés) , es apasionante leerlo sin haber nunca pisado el archipiélago.
Me permito recomandar otro libro , Hiroshima, fleurs d’été de Tamiki Hara, (1947) publicado en francés por Babel, tres novelas cortas de la vida en esta ciudad antes de la bomba, cuando se produce la explosión y los días siguientes. Lo leí despues del tsunami y la catástrofe atómica.
Ojalá los encuentren en castellano.