Esta entrega para la revista ALENARTE, es a la vez mi posicionamiento ante la literatura y el mundo y lo hago aludiendo de nuevo a una muestra más de honradez de Julio Llamazares, honradez en una época tan confusa de fusiones frías, políticos corruptos, sombras, espejos deformados, premios estériles y premiados, festivales. Muchas cosas y muchas luces muertas, muchos amigos temporales que aparecen y desaparecen, de la misma manera que aparecen y desparecen los paisajes cuando viajas. Julio Llamazares escribe libros que se quedan, que se van instalando en la biblioteca y que no se olvidan. Va dejando muestras (de momento solo eso, muestras) de literatura, complicidad con el lector, al que siempre respeta, con el que bromea, con el que charla y siempre la gratitud y en este caso, el recuerdo a Antonio Pereira, José Carlón (paisanos míos también) y desde luego Angel González, tipos que también saben contar con pasión, lo que escriben y desde luego, nunca es para nada.
( Elías Gorostiaga )