En nuestra sección esta vez les proponemos dos exposiciones; rompiendo un poco nuestros criterio de guardar en ella cierta similitud en la extensión de los textos nos hemos detenido en la primera que les ofrecemos, en Madrid y que realiza el Museo Lázaro Galdiano.
Nos parece una buena oportunidad para conocer un legado bastante poco difundido hasta ahora, y por eso hemos tratado por extenso la información que tan generosamente ha puesto a nuestra disposición el Museo.
Se trata de la Colección Jozami, que reside en Argentina y que es un legado de cultura al que acudir ahora gracias al museo. En él se presentan ochenta obras; puesto que la muestra dura hasta mayo— es del siete de febrero hasta el 12 de mayo— tendrán tiempo para visitarla; además es la primera vez que se presenta en Europa.
En el segundo caso nos ha parecido interesante traer a Actualidades a un paisajista de Getxo, que expone en la galería Juan Manuel Lumbreras, de Bilbao, hasta el siete de febrero. Se trata de Iñaki Zaldunbide y sus Paisajes Líquidos. Y la traemos aquí precisamente por quedar pocos días para verla.
La Colección Jozami en el Museo Lázaro Galdiano.
El próximo mes de febrero el Museo Lázaro Galdiano presentará por primera en nuestro país una colección foránea. Se trata de la Colección Jozami, localizada en Argentina, que reúne más de mil piezas que abarcan desde el siglo XIX hasta la actualidad. La peculiaridad de esta colección, movida por la pasión y el deseo, es el gran compromiso político y la sensibilidad social que la anima.
La colección Jozami comenzó hace casi 40 años en Buenos Aires, por iniciativa de Aníbal Yazbeck Jozami, sociólogo, empresario y académico, dedicado al comercio exterior y las relaciones internacionales. Un largo camino de búsqueda estética que fue enriqueciéndose también gracias a su esposa y periodista, Marlise Ilhesca. La colección está integrada por dos grandes secciones: la del arte moderno y contemporáneo del Cono Sur por un lado, y la de fotografía y video-arte contemporáneo internacional por otro.
Las ochenta obras que serán presentadas en Madrid, han sido seleccionadas por la comisaria Diana B. Wechsler. La muestra invita al espectador a volver a recorrer el Museo Lázaro Galdiano desde el diálogo establecido entre ambas colecciones. La muestra «Entre tiempos» asumirá dos formatos diferentes en el Lázaro Galdiano: en el edificio de La España Moderna, se mostrará un repertorio significativo de obras figurativas del Cono Sur de la Colección Jozami. Y en las ricas salas del Museo, los vídeos y fotografías establecerán un diálogo personal y temático con las obras de la Colección Lázaro.
Entre las obras figurativas que visitarán Madrid, se destacan creaciones de Antonio Berni, Luis Felipe Noé, Luis Seoane, Liliana Porter, Joaquín Torres García, Pedro Figari, Xul Solar y Gabriela Sacco. Y en el Museo estarán obras, entre otros, de Christian Boltanski, Vik Muniz, Ana Mendieta, Leandro Elrich y Tunga.
Esta exposición inédita supone reconocer la labor de estos prestigiosos coleccionistas de arte latinoamericano e internacional que recientemente acaban de integrarse en el patronato de la Fundación del Museo Nacional Reina Sofía.
Actualmente, la colección se enriquece no sólo con sus elecciones sino también con las de su esposa, Marlise Ilhesca, periodista dedicada a temas internacionales. Ambos llevan adelante, además, la Fundación Foro del Sur en donde se desarrollan actividades con el propósito de reunir en un espacio de reflexión, investigación y discusión a representantes de diferentes sectores sociales y de distintas posiciones políticas e intelectuales dando lugar a la creación de un ámbito desde el cual sea posible pensar a medio y largo plazo políticas y estrategias que contribuyan al desarrollo del país. La Fundación publica desde 1996 la revista Archivos del presente en donde se pueden reconocer los recorridos intelectuales de quienes orientan la labor de esta institución sin fines de lucro.
Centrándonos en la colección de arte, que es aquí el objeto de nuestro interés, entre sus rasgos singulares es posible destacar tanto su vastedad como su diversidad. En este sentido cabe preguntarse: ¿Cuál es el “museo imaginario” de un coleccionista de arte contemporáneo radicado en el cono sur, más precisamente en Buenos Aires? ¿Qué selecciones realiza durante el proceso de constitución de su colección? ¿Cómo se activan en esta colección las tensiones entre lo local y lo global presentes en el debate contemporáneo?
Hay muchas especies de coleccionistas y entre ellos diversas formas de dar respuesta a estas cuestiones. El caso de esta colección, de más de mil piezas, se presenta como especialmente interesante para pensar –entre otras cosas- justamente las tensiones entre lo local y lo global, aspectos que contemporáneamente aparecen tematizados en otros ámbitos de la cultura.
Más allá de la diversidad de autores, períodos y formatos de obras que integran esta colección, la selección está guiada por una mirada común, obviamente la del coleccionista; es de alguna manera su mirada y revela la forma de señalar su lugar en el mundo.
La colección Jozami está pensada desde la diversidad pero también desde una matriz común y ésta es la de lo local, entendido como el señalamiento de pertenencia a un aquí y ahora, sin dejar de lado lo que esto implica en clave histórica, por supuesto. La perspectiva elegida, sin embargo, no da como resultado una colección que simplemente se detiene en las imágenes de lo regional; por el contrario, lo particular parecería desplegarse desde la selección del coleccionista en distintas dimensiones capaces de plantear desde ellas el encuentro con problemáticas más amplias, tanto en el orden de lo social, como en el de lo histórico y muy especialmente de lo estético.
La colección aparece entonces como un territorio móvil, en permanente crecimiento, en donde transitan en cada elección imágenes que son a la vez portadoras de sentidos diversos, ideas que se ajustan y reajustan con cada nueva inclusión contemplando, además una fuerte impronta contemporánea e internacional.
Se trata de una selección variada que permite recorrer las trayectorias del arte argentino y latinoamericano desde los primeros modernos -situados a finales del siglo XIX- hasta los más jóvenes artistas contemporáneos. Así mismo, la colección de pintura, escultura y objetos, expande sus fronteras a la escena internacional en la secciones de fotografía y video-arte en donde es posible encontrar por ejemplo a artistas chinos, españoles, marroquíes, iraníes, entre argentinos, peruanos, brasileños, uruguayos y de otros orígenes.
En suma la colección Jozami está integrada por dos grandes secciones: la de arte moderno y contemporáneo del cono sur, por un lado y la de fotografía y video-arte contemporáneo internacional por otro.
Este conjunto de cuestiones que emergen de un recorrido por la colección y que en ella encuentran, a su vez, algunas respuestas a las preguntas que formuláramos al comienzo, es el que alimenta también la presente propuesta de intervención/exposición de esta colección en el marco de la Colección construida por Don José Lázaro Galdiano.
Con motivo de la muestra se editará un catálogo entre la Fundación Lázaro Galdiano y la colección Aníbal Jozami. Además se han programado diversas actividades como talleres para niños y familias, visitas temáticas y mesas redondas.
Exposición en Bilbao de Iñaki Zaldunbide Paisajes líquidos.
Nacido en Algorta, Getxo en 1958, ha expuesto en diversas localidades vizcaínas, así como en Vitoria,-San Sebastián, Pamplona, Madrid y Estados Unidos. Seleccionado en 1989 por la galería bilbaína Vanguardia para la feria internacional de arte contemporáneo «Arco» de Madrid. De él se ha dicho que “Su pintura, de intencionada serenidad, arranca de las vanguardias artísticas en el gusto por el color y el expresionismo. Con una temática de ambientación contemporánea que refleja en paisajes y bodegones urbanos, sus últimas creaciones presentan una tendencia a la simplificación de las formas y la expresividad de la pincelada.”
Esto es lo que nos cuenta la galería:
“Paisajes líquidos son paisajes que no forman parte de la realidad, sino que buscan retratar las imágenes que guardamos en nuestro recuerdo, donde habita la memoria, el olvido y el anhelo de naturaleza, en una imagen de precaria definición. Son lo que queda de la experiencia del paisaje, en estado líquido, impreciso y cambiante.
El paisaje ha sido la temática constante de la pintura oriental, a través de él, los artistas han podido expresar su personalidad más íntima y recurrir de un modo más libre a la abstracción, a la pintura en su estado más puro.
Con el paisaje como pretexto: grises, azules y verdes retratan los días del norte, de color contenido, con brillantes lacados de lluvia.
El agua, siempre presente en nuestra relación con la naturaleza, es el medio encargado de depositar el color en el lienzo, de recorrer superficies, dibujar montañas, cielos, brumas y nieblas.
Absorbente, sugerente y evocadora, abre caminos, dejando huellas y manchas, de orgánica disposición, construyendo estos paisajes de la memoria, disueltos en su imprecisión.
Paisajes de tránsito, una vez más, son ningún lugar, son cualquier lugar, no podemos detenernos, no podemos capturarlos, queda un resto desdibujado, no tienen nombre, están sin identificar. Entre los caprichos del agua y la voluntad del pintor, prevalece la pintura.”
La exposición está abierta en la Galería de arte Juan Manuel Lumbreras, hasta el siete de febrero.