Bienvenidos al número 91 de Alenarte, correspondiente al mes de febrero. Este mes quiero comentarles a nuestros lectores/as una pequeña aventura en la que nos hemos metido.
Saben ustedes que todos los años se convocan los premios Ortega y Gasset de periodismo creados por el periódico El País. Puesto que existe un apartado de concurso dedicado al ámbito digital, he querido presentar cuatro de los artículos aparecidos en esta revista el año pasado.
Ya contamos con que Alenarte no es propiamente una publicación “oficial”, y sobre todo con la enorme calidad y difusión de posibles presentados, pero soñar es gratis y he considerado interesante que esta Revista al menos opte a este premio. Creo que cualquiera de los artículos que aquí se han ido publicando merece estar a la par que los que se habrán presentado. Y la ilusión no hay quien nos la quite.
Y si nos toca la lotería montamos una que ni los Goya…
Una vez contado este cotilleo, les invito a leer nuestras secciones, y primero a detenerse en nuestra imagen del mes; un excelente óleo de Bernard de Wolff.
La imagen del mes: Bernard de Wolff. Autumn Boats.
Artista holandés, nacido en 1955 y residente en Paris, Bernard de Wolff es pintor de paisajes urbanos contemporáneos, paisajes y desnudos. Vive y trabaja en Ámsterdam y en París. En sus paisajes urbanos, sigue los pasos de George Hendrik Breitner y Willem Witsen; en su exotismo, recuerda a Marius Bauer, también tiene influencias expresionistas. Su obra está representada en las colecciones de los Países Bajos, Francia, Alemania, Suecia, Italia, Reino Unido, Bélgica, Dinamarca, Surinam, Sudáfrica, Estados Unidos, Rusia, Hong Kong, Canadá, Japón y Brasil.
El cuadro que presenta es un óleo sobre tela.; en él la mirada del espectador asiste a una difuminación de lo representado, que sin perder el objeto real de vista, un paisaje marino otoñal, obliga a transitar entre los espacios de color para delimitar objetos. Éstos, apenas apuntados, rojo y blanco de los botes, rocas y vegetación del fondo en naranjas y ocres, delimitan un espacio cerrado en sí mismo. Un paisaje que no parece tener continuación a través del cierre de los ángulos del cuadro, que así conforma la simetría. En esta pintura el eclecticismo entre lo real y lo insinuado mediante los colores muestra a la perfección que en pintura se puede también pintar el silencio.