Como colofón al estudio de las colonias madrileñas construidas en Madrid a principios del siglo XX a continuación se incluyen datos específicos de algunas de ellas; el número de colonias que se construyeron en la capital de España a partir de 1911 y su pormenorización completa excede de este trabajo que no es más que una aproximación general a este tipo de construcciones destinadas a mejor las condiciones de las viviendas obreras las clases medias de las ciudades españolas.
(Virginia Seguí)
Arquitectura. Las Colonias madrileñas de principios del siglo XX. Capítulo III. Por: Virginia Seguí
Como colofón al estudio de las colonias madrileñas construidas en Madrid a principios del siglo XX a continuación se incluyen datos específicos de algunas de ellas; el número de colonias que se construyeron en la capital de España a partir de 1911 y su pormenorización completa excede de este trabajo que no es más que una aproximación general a este tipo de construcciones destinadas a mejor las condiciones de las viviendas obreras las clases medias de las ciudades españolas. El objetivo de mejorar la calidad de vida de las clases trabajadoras tenía un interés general por lo que este proceso fue general, y no exclusivo de Madrid; las leyes que favorecieron su construcción favorecieron el desarrollo y crecimiento de muchas ciudades españolas; que sin duda deben parte de su configuración a este tipo de iniciativas. En relación con las madrileñas citaremos:
COLONIA DE LA PRENSA.
El arquitecto Felipe Mario López Blanco realizó el proyecto de la colonia en 1911; el rey Alfonso XIII puso la primera piedra en 1913 al iniciar su construcción. La iniciativa corrió a cargo de la Asociación Benéfico-Cooperativa de Construcción de viviendas baratas Colonia de la Prensa. El proyecto inicial constaba de 65 viviendas de las que únicamente se realizaron 42. Su tipología no estaba definida permitiendo su adaptación a los gustos de los compradores que únicamente tenían que adaptarse al tamaño de su parcela que oscilaba entre 540 y 620 m2 del terreno elegido que se situaba en el antiguo camino de los Cabarancheles , con una entrada principal por los números 61 y 63 de la calle Eugenia de Montijo. El urbanismo del proyecto se encuadra en los de trazado ortogonal con una plaza central desde la que se organiza el conjunto.
COLONIA SOCIALISTA
También conocida como Colonia de Casas Baratas de la Cooperativa Obrera Casa del Pueblo de Madrid, se construyó al amparo del Reglamento de Abril de 1912 y de julio de 1922, su proyecto corrió a cargo del arquitecto Manuel Ruiz Senén, por iniciativa de Pablo Iglesias y Jaime Vera a través de la Cooperativa Obrera para la adquisición de viviendas baratas. La ejecución de las obras comienza en 1918 y su realización comprende varios años ya que se realizan dos fases, la primera hasta 1920 y una segunda desde 1924 a 1928; el proyecto inicial constaba de 118 viviendas distribuidas en hileras según tipologías en un solar situado en la zona conocida como Chamartín de la Rosa con un perímetro de entre 5 a 6 Ha; subdividido en parcelas de entre 100 y 200 m2 en las que se construirían las correspondientes viviendas de entre 45 y 60 m2; viviendas sencillas de 3 o 4 habitaciones, con elementos decorativos realizados a ladrillo visto. El trazado no sigue ninguna tipología definida sino que se adapta a la topografía del terreno partiendo de la avenida de Alfonso XIII desde la que se abren calles perpendiculares y paralelas.
COLONIA BELLAS VISTAS
Se incluye dentro de la primera generación de colonias, al construirse entre 1925 y 1928 al amparo del reglamento de 1922; su arquitecto fue Luis Larraiza Vignau que realizó la obra a iniciativa de La Sociedad Cooperativa de Bella Vistas. La colonia se ubica entre las calles de Francos Rodríguez, Bellas Vistas y Leñeros, ocupando una parcela quebrada formada por dos rectángulos con acceso único por las calles de Francos Rodríguez y Leñeros; su diseño es lineal sobre una calle con bulevar ajardinado central con tres glorietas circulares. Se proyectaron 64 viviendas con cinco modelos posibles de marcado carácter regionalista, con una o dos plantas, los hoteles se ubican en la parcela aislados con jardín a cuatro fachadas o unidos por un lado y con jardín en los tres lados restantes.
COLONIA SAN FERMIN
También bajo el influjo del Reglamento de 1922 se construye esta colonia a iniciativa de la Cooperativa Popular Madrileña y bajo la dirección del arquitecto Jesús Carrasco en la zona situada entre las calles Estafeta, Lodora, Perales, Peralejo, Navascués y la avenida de los Fueros; las obras se realizan entre 1925 y 1930, existiendo una fase de reconstrucción a cargo de los arquitectos José Gómez Mesa y José Fonseca en 1941; el proyecto inicial constaba de 1050 de las que se construyeron aproximadamente la mitad; se trata de viviendas unifamiliares de diversas tipologías dotadas de los principales servicios entre los que se incluían los necesarios para la urbanización del conjunto: alumbrado, alcantarillado, iluminación, etc.; dotándola también de grupo escolar, mercado, casa de baños, casa de socorro, casino y teatro, lo que la convierte en una ciudad autosuficiente y permite encuadrarla en las denominadas ciudades satélite; de hecho en un cierto momento cambio de denominación pasando a llamarse: Ciudad Satélite Popular Madrileña y/o Ciudad Satélite Alfonso XIII. Su trazado es ortogonal con un eje central formado por la Avenida de San Fermín.
La tercera Ley de Casas Baratas fue promulgada por Eduardo Aunós entonces Ministro de Trabajo llevando a efecto de esta forma los acuerdos tomados en la Conferencia Nacional de Edificaciones de 1923; esta nueva Ley mantenía el Reglamento anterior de 1922 y se planteaba como introducción a modificaciones posteriores; basadas fundamentalmente en el cooperativismo como mejor fórmula para dar soluciones al problema de la vivienda destinada a los grupos sociales mas desfavorecidos. Una de las cuestiones más interesantes de esta nueva normativa era la obligatoriedad de los Ayuntamientos de fijar y destinar una zona a la construcción de casas baratas en las ciudades; en el caso de no estar esta condición incluida en los planes municipales. Pese a esto la Ley fue criticada por las asociaciones obreras que pedían mayores facilidades en las ayudas que el Estado se comprometía a conceder para este tipo de construcciones, una garantía de propiedad de la vivienda y la agilización de los trámites para su consecución.
Se planteaba también por parte de las asociaciones obreras la incongruencia que suponía el hecho de que se fijase un valor demasiado alto para estas casas, tan alto que hacía imposible que los obreros accedieran a ellas, con lo cual bajo la apariencia de favorecer la construcción de casas baratas para obreros, lo que en realidad se estaba haciendo era favorecer la construcción de casas para otras clases sociales de mayor poder adquisitivo. Todo ello pese a que en abril de 1924 la dictadura de Primo de Rivera había promulgado ya una orden destinada a potenciar y favorecer la construcción de casas destinadas a la clase media, orden que se tradujo en la Ley de Casas Económicas de 1925. De 1927 y 1928 serán los Decretos Leyes que favorecieron la construcción de casas destinadas a funcionarios del Estado y Militares.
Toda esta normativa se encuentra en la base del crecimiento de las ciudades españolas y concretamente en Madrid, en la que, al ser la capital, se quería organizar el crecimiento de la periferia de una forma ordenada. En 1923 bajo la alcaldía de J. Ruiz Jiménez se había destinado un crédito de 7950.572,63 pesetas para construcción de Casas Baratas, crédito que no había sido utilizado pese a que el propio Ayuntamiento en sus Estatutos recogía que debían determinarse las zonas del extrarradio de la ciudad que podían o debían ser destinadas a la ampliación y crecimiento de la ciudad, zonas que en algunos casos serían consideradas como continuación del ensanche. El crecimiento de la ciudad por aquel entonces estaba mediatizado además por la disputa entre dos compañías: La Compañía Metropolitana y la Compañía de Tranvías, que controlaban la red de transportes e infraestructuras madrileñas al controlar el trazado eléctrico, el agua y los transportes; disputas que incidían principalmente en el valor del suelo y la adjudicación de terrenos para la construcción de nuevas viviendas. El desarrollo de la red de transportes condicionó, por tanto, el propio crecimiento de la ciudad.
COLONIA DE LA PRENSA Y BELLAS ARTES
En la prolongación de la Castellana, entre 1926 y 1928, la Sociedad Urbana de Edificación construye esta colonia bajo la promoción de la Ciudad Jardín de la Prensa y Bellas Artes y tras la recalificación de unos terrenos inicialmente destinados a zona ajardinada, acogiéndose a la Ley de Casas Económicas en su apartado de casas destinadas a escritores y artistas; ocupando un perímetro que abarca las calles de Joaquín costa, Balbina Valverde, Paseo de la Habana, Palacio Valdés, Segre, Tormes y Guadalquivir, el conjunto del proyecto corre a cargo del arquitecto Fernández Shaw Iturralde y Monasterio; corriendo a cargo de éste último la urbanización del conjunto debiendo ajustarse a los planes de expansión de la capital y adaptar el trazado de sus calles a la topografía del terreno. Las obras de infraestructura higiénico-sanitarias, así como el alumbrado y la pavimentación corren a cargo del Ayuntamiento; siendo el Canal de Isabel II el encargado de llevar el agua a la zona. El proyecto comprendía la construcción de 175 viviendas de diversas tipologías, construidas en parcelas de entre 500 y 1000 m2, viviendas mayoritariamente de dos plantas en las que dominaba la decoración regionalista.
COLONIA DE LA REGALADA
El conjunto del proyecto corre a cargo Lorenzo Gallego y de Fernando de Escondrillas quien se encarga del trazado y la urbanización del conjunto. Se ubicación comprende la Avenida del Mediterráneo y las calles de Walia, Martín Sarmiento, J. de la Cueva, Juan de Urbieta y Conde Cartagena; la construcción del conjunto se inicia a partir de 1925 y se prolonga hasta al menos 1932; figurando como promotores y constructores: Los Previsores de la Construcción S. A. El número de viviendas proyectado era de 213 con 7 tipologías posibles entre las que se encuentran los denominados modelos: castellanos, vascos, mudéjares, vasco-gemelos, etc.
COLONIA DE LA FUENTE DEL BERRO
Otra iniciativa para la construcción de colonias en Madrid fue la emprendida por el empresario vasco Gregorio Iturbe, quien compró unos terrenos en los que acometió la construcción de una colonia de viviendas que se denominó Colonia Fuente del Berro y/o también tomando el nombre de su promotor: Colonia Iturbe. Se construyó en unos de los terrenos adquiridos por el empresario vasco; concretamente en el que comprendía la zona entre la calle del Dr. Esquerdo y la Avenida del Abroñigal, próximos a la Fuente del Berro. Sus viviendas estaban diseñadas para la clase media, y ofrecía una sencilla vivienda estándar, en la que aprovechaba al máximo las posibilidades de la parcela, destinando a zona ajardinada un pequeño espacio en su zona delantera de acceso a la vivienda y un pequeño patio trasero; todo ello en la búsqueda del abaratamiento de los costes de construcción.
El arquitecto elegido fue enrique Pfitz y López con el colaboró también el ingeniero José de Urroz. Las fechas de construcción son 1925-26, el proyecto comprendía 184 viviendas que se construyeron en varias fases. Su trazado es ortogonal, adaptándose al terreno, de dos a cinco viviendas unifamiliares en cada manzana con acceso desde las calles Dr. Esquerdo, Jorge Juan y O’Donnell. El periódico La Construcción Moderna publicaba el 30 de mayo de 1926 un artículo titulado Inauguración en Madrid de una bariada de viviendas higiénicas de La Propiedad cooperativa, en el que además de hablar sobre el proyecto y su construcción reproducía la imágenes que aparecen a continuación en las que puede apreciarse tanto el proyecto general como los detalles de las vivindas construidas.
COLONIA CRUZ DEL RAYO
Uno de los ejemplo de Colonia construida para funcionarios del Estado, promovida por la Real Institución Cooperativa de Funcionarios del Estado, Provincia y Municipio, el proyecto corrió a cargo del arquitecto Eduardo Ferrés y Puig, que organizó el conjunto a partir de la Plaza de Aunós, como foco principal; desde la que parten seis calles que recorren la colonia de norte a sur; con calles transversales de este a oeste que atraviesan las vías principales organizando el conjunto y facilitando las comunicaciones. El proyecto se inició en 1927 ofertando diversas tipologías, se proyectaron 300 viviendas. La denominación de la colonia proviene de su ubicación al situarse en la zona conocida como Cruz del Rayo, abarcando un perímetro incluido entre las calles Rodríguez Marín, Avia, Príncipe de Vergara y Lobo. Ya hemos comentado en otros capítulos la originalidad del trazado de esta colonia.
COLONIA EL VISO
Hablaremos de esta colonia por apartarse precisamente de la concepción de casas baratas que inició el proceso legislativo para mejorar las viviendas obreras y que facilitó la adhesión a esta idea de clases sociales más altas. La cooperativa que se crea para su construcción se denomina Cooperativa de casas económicas El Viso; el proyecto corrió a cargo de Rafael Bergamín y Luis Blanco Soles a los que se unirá Luis F. Vivanco en la última fase de construcción. Como promotor dentro de la cooperativa citada figura también Gregorio Iturbe, que es a la vez su constructor, junto con Javier Gómez de la Serna. El proyecto inicial constaba de 242 viviendas de las que únicamente se construirán 130. Su ubicación se sitúa en unos terrenos situados entre las calles de Doctor Arce, Rodríguez Marín, Cinca, Sagre, Darro, Luis Muriel, Balbina Valverde, Guadalquivir, Serrano, Sil, Castellana y Vitrubio. El trazado es de trama ortogonal en espina de pez, formando manzanas con viviendas individuales situadas en hilera; con entrada ajardinada y patio jardín en la zona posterior. Las viviendas son proyectos individualizados, constando de semisótano, garaje, despensa, lavadero, trastero, calderas, además de varios dormitorios, baños y salón; lo que las convierte en unas viviendas de lujo, si las comparamos con el resto de ejemplos citados. Algunas de sus construcciones forman parte de los mejores ejemplos de arquitectura racionalista madrileña.
Para terminar indicar que la lista de colonias es amplia y la pormenorización de todas ellas excedería la intención de este estudio; no obstante citaremos algunas de las que dejamos de detallar: Colonia Fomento de la Propiedad (1918-1920-1922); Colonia de La Constructora Benéfica, Colonia Militar (1919-1922), Colonia Parque Metropolitano, Colonia Unión Eléctrica Madrileña (1920-1923-1927), Colonia Los Carteros (3 Fases entre 1921-1930), Colonia El Jardín de la Rosa (1923-1927), Colonia el Hogar Ferroviario (1923-1927), Colonia Primo de Rivera (1926-1928); Colonia Los Cármenes (1926-1928), Colonia Mirasierra (1927), Colonia Pico del Pañuelo (1927-1930), etc.
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Amando Carabias
febrero 14th, 2012
Esta serie de artículos, me ha hecho reflexionar sobre el tema de la vivienda, absolumente vital. En los tiempos que corren, quizá una colonia de viviendas sea algo utópico, pero la idea de la cooperativa, sigue pareciéndome -a pesar de las dificultades, a pesar de los problemas- una alternativa (al menos para reflexionar sobre ella) ante este problema.
Digan lo que digan quienes lo digan una vivienda sigue siendo casi imposible para la inmensa mayoría, pero los alquileres en España, son como robos consentidos.
catherine
abril 14th, 2012
Es una pena ver que gran parte de las casas previstas no se construyeron. ¿Qué pasó con el suelo?
Todavía existe el problema de mezclar la gente con recursos diferentes, con edades diferentes. El urbanismo es algo imprecindible.
Una serie apasionante, Virginia.