En esta ocasión quiero animarles con mi comentario a la lectura de un libro que a mí me ha parecido delicioso. Es un ensayo sobre la nieve, escrito con una sencillez, tersura y poesía que reconcilia con la lectura.
Se llama Decir la Nieve y lo ha escrito Menchu Gutiérrez; lo publica Siruela.
No son más de cien páginas. Pero en ellas se quedaría una meses.
Me explicaré; lo que hace la autora es contarnos sus propias reflexiones sobre la nieve y su significación y aportar algunos textos de autores que a ella la han conmovido especialmente y que la ayudan a contar lo que cuenta.
Y hay tanta sencillez y naturalidad en el texto que una, o sea yo, avanza por el libro como en trineo.
( Alena Collar )
«Decir la Nieve», de Menchu Gutiérrez. Por: Alena Collar
Nos habla de autores contemporáneos y antiguos, nos cuenta alguna leyenda sobre la nieve, y la asocia a varias ideas, algunas características como el silencio, la muerte, la pureza, pero otras curiosas, como el reposo, lo hostil, o un espacio siniestro en según qué ocasiones.
Claro que podía haberse “largado” un libro de quinientas páginas, pero entonces no hubiera hecho algo tan bonito, tan bien escrito; porque ha sintetizado y atrapado en un texto clarísimo, sugerente y lleno de armonía toda la belleza de esa brevedad condensada en el blanco.
Además Menchu Gutiérrez ha escrito un libro que ha disfrutado escribiendo, y se nota. Una tiene la sensación de estar al lado de una chimenea, al lado de alguien que nos relata una historia antigua, de siglos, que tiene contraluces y fulgores repentinos y que no hay prisa en relatar. Que se pasa bien relatándola.
No sé la suerte que tendrá este escrito de apenas cien páginas, pero si esta crítica sirviera para ayudar a que se difunda, ya me alegro; a mí me parece uno de los ensayos más bellos, poéticos, y de alta lírica que he leído. A la autora sólo hay que darle las gracias por escribirlo y dejarnos compartir esa belleza.
Amando Carabias
febrero 14th, 2012
Siruela siempre buscando las perlas. A buscarlo y disfrutarlo, pues.
catherine
febrero 29th, 2012
Es un libro para mí, para leerlo cerca de la chimenea en un chalet (un verdadero de madera, en la montaña) . Tendré que buscarlo en mi próximo viaje a España. Gracias por la recomendación, Alena, de este libro con un título delicioso.
satis
abril 17th, 2012
Una perla, sí y aunque la imagen del «chalet verdadero» seduce, no es menester esperar al día de montaña, de nieve, de fuego encendido… Aconsejo, desde luego, no esperar y no postponer el goze de vivir la sugerencia de estas lineas.
Aunque en Aranda, en estos días, hace para fuego, lo estoy saboreando junto al radiador o con el abrigo puesto; lo mismo en un tajo, en escabel, en cualquier trono…
Releerlo o leerselo a alguien especial, sí, que sea con madera, fuego, alfombra y nieve en rededor…