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Días de verano en el museo. La exposición “días de verano, de Sorolla a Hopper”. Por: Pilar Moreno.

La sombrilla. Lluis Masriera i Rosé

la sombrilla

Málaga me recibió con aires de verano prematuro. No fue por mucho tiempo, lo preciso para que los desfiles procesionales no se mojaran, y después recuperó una primavera caprichosa que no sabía muy bien como comportarse. Las playas volvieron a quedarse vacias, dejando una añoranza al buen tiempo. Sin embargo, no me hizo falta volver al mar para recobrar esos días de verano con imágenes de descanso, de baños de sol, de paseos y encuentros cerca del mar. Estampas veraniegas como estas, unidas a otras de paisajes, balnearios, costumbres, indumentaria, navegación y deportes náuticos, he podido disfrutarlas en la exposición que el Museo Thyssen de Málaga presenta al público hasta el 6 de septiembre próximo. ( Pilar Moreno).

 

Días de verano en el museo. La exposición “días de verano, de Sorolla a Hopper”. Por: Pilar Moreno.

La gaviota.

La gaviota.

También en esta ocasión el museo muestra el buen gusto y el acierto en la elección de unas sesenta obras de pintura que nos llevan a descubrir como las playas convertidas en lugares de ocio, fueron tomando un lugar primordial en la vida social de la burguesía a partir de mediados del siglo XIX. Pintores españoles e internacionales, Sorolla, Monet, Mariano Fortuny, Picasso, Boudin, Kuhn, Regoyos, o Hopper entre otros, reflejan en sus pinturas la influencia de los baños de mar, los deportes relacionados con el agua, la vida al aire libre, paseos y casinos junto a la playa, en las costumbres de una sociedad que varió incluso la moda y sus comportamientos. Lugares como Biarritz, Villerville, San Sebastian o Santander, además de otras playas del levante o del sur, se convirtieron en centros turísticos de moda escogidos tanto por la burguesía como por los pintores para llevarlos a sus telas.

Toda la exposición es una sucesión de obras preciosas que destacan por la sensibilidad y la perfección de los trazos, el manejo de los pinceles y lo maravilloso de los colores. De Lluis Masriera i Rosé cuelga un cuadro, La sombrilla, una verdadera explosión de color, pintado hacia 1926. Dos mujeres están sentadas debajo de una gran sombrilla. Su color rojo se muestra acariciante en contraste con la luz del sol, el azul del cielo y el mar y lo atemplado de la sombra. Me transmite tranquilidad y silencio. Un paisaje playero que inspira meditación.

Bañistas en la playa.

Bañistas en la playa.

Frente a esta obra destaca el óleo Bañistas en la playa, de Walt Kubo Kuhn. El colorido, lo recto y lineal del dibujo y la distribución dominan la superficie. Todo tiene su lugar en la tela, todo tiene su orden. No hay contraste en la luz, el mar y la gente parecen callados. Me atrae, quizás por esa sensación que me produce de calma aparente. Tema y estilo diferencia a cada pintor. Mientras que Winslow Homer presenta Escenas de playa donde hay moviento y sonido, donde casi podemos apreciar el movimiento del mar y el rumor de voces y risas, Cecilio Pla nos deleita con la delicadeza y elegancia en su obra La Gaviota.

Escenas de playa.

Escenas de playa.

La exposición se cierra con una colección de fotografías de finales del siglo XIX y principios del XX, en las que se refleja el veraneo de las diferentes clases sociales. También se exponen distintos vestidos de verano y trajes de baño de la época y sus respectivos atuendos.

Una vez más el Museo Carmen Thyssen ha dejado ver en Málaga una muestra del bien hacer y el buen gusto para presentar la colección, dotando de espacio generoso a cada obra y una muy buena iluminación. Ha sido un verdadero placer visitarlo.

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