El día 6 de enero el presidente de la República francesa se fue a Domrémy, en Lorena, a homenajear a Juana de Arco en su pueblo natal con motivo de los 600 años de su nacimiento.
Se distanció de poco del Frente Nacional en el tiempo, que celebró el aniversario el día 7 en París, en la plaza de las Pirámides, lugar que se apropió en 1988.
¿De quién es Juana de Arco? ¿De los patriotas, de los nacionalistas, de los monárquicos o de los republicanos, de los católicos, de las feministas, de los belicistas? Todos, y unos más quizá, la reivindican instrumentalizándola con fines políticos o religiosos.
Veremos que para entender a la Doncella, mejor fiarnos de los artistas.( Catherine Beaume )
Juana de Arco: La propiedad de un mito. Por: Catherine Beaume.
¿Qué haces mi niña con la ducha? –Telefoneo a Juana de Arco y sus ovejas.
La niña había visto las imágenes de un libro y se quedaba con el lado campestre de la pastora y sus voces.¿Abuelo, conociste a Juana de Arco?, pregunta la niña al regresar del colegio, porque le impresionó la clase de historia con todos los nombres famosos: Domrémy ( nacimiento el (6) de enero de 1412), Vaucouleurs (en febrero de 1429 el señor del lugar le ofreció una escolta y un jamelgo), Chinon donde se encuentra con Carlos VII, Orleáns sitiada por los ingleses que libera el 8 de mayo de 1429, Reims y la consagración de su rey, al que hasta este momento llamaba gentil delfín, el 17 de julio de 1429, París adonde el rey recién consagrado renuncia a ir.
Otros nombres son recuerdos más tristes: capturan a Juana en Compiègne el 23 de mayo de 1430; el obispo Cauchon, un apellido inolvidable porque suena como cochon (puerco), la juzga en Ruán y los ingleses la hacen morir en la hoguera el 30 de mayo de 1431. Tantos sucesos en poco más de 2 años… La verdad es que después de consultar una enciclopedia se descubrió que el abuelo y la Doncella nacieron con exactamente 500 años de diferencia y la fecha se grabó en la memoria de la niña con la frase de las voces que dan su misión a Juana: echar al inglés fuera de Francia, con la palabra poco usada “bouter” (echar). Una corta vida tan intensa es fuente de leyendas y los historiadores tuvieron y tienen todavía que luchar contra las elucubraciones mitologistas (era hombre, de sangre real, sobrevivió a la hoguera) cuando los hechos fueron bien establecidos por numerosos estudios serios y críticos. Los que los manipulan lo hacen para subrayar una de las múltiples figuras que puede encarnar: hija del pueblo, mujer rebelde o la Nación.
Después de la consagración de Carlos VII Juana fue abandonada por el rey. Siguió luchando con unos compañeros hasta su captura por los borgoñeses. Su recuerdo se perpetuó en la Balada de las damas de antaño de François Villon, nacido el mismo año de la muerte de Juana:
Et Jeanne, la bonne Lorraine
y Juana la lorenesa buena
Qu’Anglais brûlèrent à Rouen
a la que ingleses quemaron en Ruán.
Y alrededor de 1590 Shakespeare la cita, desde luego, en la primera parte de su obra de teatro Henri VI.
El Papa la rehabilita en 1456 cuando la había condenado un tribunal eclesiástico por ser bruja. Los ingleses la habían comprado a los borgoñeses y era imprescindible que fuera condenada por la Iglesia para desvalorar la
consagración de Carlos VII en Reims y al mismo tiempo valorar la de Henri VI, rey de de Inglaterra coronado rey de Francia en París a sus 10 años el 16 de diciembre de 1431 en esta lucha de poder que fue la Guerra de cien años.
Juana será casi olvidada hasta el siglo XIX. Hablaremos solo de la pintura de Rubens (1620) y del poema heroico-cómico de Voltaire, la Doncella de Orleáns (1755).
En 1841 Jules Michelet publica su historia de Francia dedicando 100 páginas a la Doncella. Poco después se publicarán las minutas del proceso de Ruán. Michelet exalta la “Francia eterna”, con el mito de la heroína del “pueblo” contra los reyes, de la primera revolucionaria. Según él, su originalidad no reside en sus visiones – en la Media Edad mucha gente miraba al cielo-, tampoco en su lucha con la espada en la mano -otras mujeres defendieron su castillo o su ciudad. Destaca su sensatez frente a la corte o a los eclesiásticos y sobre todo su amor a la patria: “amó tanto a Francia que Francia, conmovida, se puso a amarse a sí misma.”
Esas publicaciones provocan por una parte peregrinajes a Domrémy después de la toma de posición del obispo de Orleáns a favor de la Doncella, por otra un fervor patriótico. Después de la anexión de 1871 por Alemania se canta, a pesar de la realidad:
Vous n’aurez pas l’Alsace et la Lorraine
No poseeréis Alsacia y Lorena.
Et malgré vous nous resterons français.
A pesar de vosotros nos quedáremos franceses.
Vous avez pu germaniser la plaine
Pudisteis germanizar la región
Mais notre cœur, vous ne l’aurez jamais.
Pero nuestro corazón, nunca lo tendréis.
Ahora es al prusiano que quieren echar fuera de Francia sin que el inglés cese de ser el enemigo hereditario.
Los intereses divergentes de los belicistas y de los católicos se pueden unir para resolver otro conflicto: la separación de la Iglesia y del Estado el 9 de diciembre de 1905. La Iglesia se decide a reconocer la santa laica. La beatifica en 1909 y la canoniza en 1920. Su nombre es el sexto más usado en la denominación de las calles y sus estatuas adornan unas 30 000 iglesias (antes del último concilio) y el mismo número de plazas. Como es habitual se debería celebrar su día el 30 de mayo, aniversario de su muerte. Pero la República habiendo elegido a Juana como patrona secundaria de Francia celebró el día de la liberación de Orleáns, el 8 de mayo. Después de la II guerra mundial la celebración desapareció, ya que este día es el del final de la guerra. Ahora es el día 1º de mayo que la extrema derecha la homenajea cuando el resto del país desfila entre las plazas de la Nación o de la República y de la Bastille.
Ya entre las dos guerras no se trataba “solo” de echar al alemán fuera. Entre los enemigos se incluyeron a los judíos y los “metecos”, hubo también los masones y hoy día con la xenofobia creciente se querrá echar a todos los extranjeros.
Parece increíble que una pobre chica analfabeta desate tanta pasión.
Es conocida en todos países. En Japón escriben mangas, conciben videojuegos sobre el tema de la guerrera cuando la sola espada que gastó la rompió en la espalda de unas prostitutas de un campamento y decía que su estandarte era su única arma. Tiene su Playmobil. Antes había juegos de salón y muñecas.
Los pintores, los escultores casi siempre la figuran con su armadura, con unas excepciones como la estatua de 1944: la ocupación de la ciudad por los alemanes explica que los ediles hubieran elegido a la pastora.
Giuseppe Verdi en 1845 y Charles Gounod en 1873 le dedican óperas. En 1939 Arthur Honegger compone un oratorio sobre el libreto de Paul Claudel, Juana en la hoguera.
Con la literatura, aparte de los libros de historia y de lo que se podría llamar libros patrióticos u hagiográficos, tanto para niños que para adultos, empezamos a encontrarnos con otra imagen.
En 1801 Friedrich Schiller en su obra de teatro hace de Juana una heroína internacional.
En 1910 Charles Péguy escribe el Misterio de la caridad de Juana de Arco, obra de teatro, y la evoca en sus poemas de la Tapicería de santa Genoveva (patrona de París) y santa Juana de Arco. En 1924 George Bernard Shaw escribe su Saint Joan para la escena. Y pues, Claudel con su Juana en la hoguera y sobre todo Jean Anouilh y su l’Alouette (la Alondra), título de una obra de teatro de 1953 que nos enseña lo que quiere destacar el autor en la figura de Juana.
El cine también se enamoró de Juana o se aprovechó de la heroína, porque entre las numerosas películas unas solo enseñan el lado guerrero, el gran espectáculo. Citaré solo una de las primeras, de 1928, la Pasión de Juana de Arco de Carl Theodor Dreyer que se conformó con las minutas del juicio, las únicas fuentes originales, y así se acercó mejor que todos a la personalidad de la Doncella que prefirió salvar su alma antes que su cuerpo.
Kuni
marzo 16th, 2012
Muy ilustrativo Catherine.
Yo tengo grabado el rostro de Ingrid Bergman como Juana de Arco desde que vi la película en tv siendo pequeña.