La situación estratégica del Egeo abierto a tres continentes: África, Europa y Asia favoreció el temprano desarrollo de las denominadas las culturas del Egeo; culturas que pese a tener un desarrollo geográfico y cronológico distinto; coincidieron a partir de un determinando momento interrrelacionándose; el proceso se iniciaría en las islas Cicladas; ya que sus pobladores dadas la escasas condiciones que presentaban sus islas para la agricultura volvieron su mirada al mar encontrando en él la solución a sus problemas; y con el tiempo fueron aventurándose en sus incursiones hasta lugares más lejanos tanto para la obtención de recursos como para su expansión comercial; llegando así hasta las zonas costeras de los continentes más próximos. El proceso se repetirá en Creta donde pronto florecerá la cultura cretense o minoica que llegará, en su época de esplendor, a dominar la zona; para después sucumbir ante los belicosos pobladores del sur del continente europeo; quienes partiendo de la ciudad de Micenas acabarán por dominar tanto Creta y como las Cícladas asumiendo el control político y comercial; deviniendo finalmente en la cultura griega.
(Virginia Seguí)
La Moda y el Arte. La indumentaria femenina en las culturas neolíticas del Egeo. I. Introducción y Las Cícladas. Por Virginia Seguí
Tres son las principales culturas que se desarrollaron en el ámbito mediterráneo del mar Egeo, los expertos las han clasificado cronológicamente estableciendo un paralelismo entre ellas, su situación geográfica condicionó el desarrollo de cada una de ellas: las islas Cicladas, la isla de Creta y la zona sur del continente europeo bañado por sus aguas, comúnmente son conocidas como cultura: Cicládica, Minoica o Cretense y Heládica respectivamente. Los diferentes y extensos periodos de tiempo en que convencionalmente se estructuran sus cronologías; se subdividen a su vez en espacios de tiempo más cortos concretando así cada momento histórico en cada una de ellas. Los especialistas en el tema no se ponen de acuerdo respecto a sus cronologías; aunque sus diferencias no son sustanciales y básicamente podríamos generalizar sus periodos de desarrollo siguiendo el siguiente cuadro cronológico; que aún podría tener mayores subdivisiones no necesarias para este trabajo; que solo pretende mostrar una situación temporal general.
PERIODOS |
CULTURAS |
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CICLÁDICA |
MINIOCA |
HELÁDICA |
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ANTIGUO |
2800-2000 a. C. | 2700-2000 a. C- | 2700-1950 a. C. |
MEDIO |
2000-1500 a. C. | 2000-1600 a. C. | 1950-1550 a. C. |
RECIENTE |
1550-1100 a. C. | 1600-1250 a. C- |
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Durante el Cicládico Antiguo los yacimientos arqueológicos demuestran que estamos ante una cultura urbana de poblamiento costero; estos poblados no estaban inicialmente configurados con sistemas defensivos, si bien fueron evolucionando hacia la fortificación lo que demuestra que el peligro llegaba por mar. La agricultura tuvo poca importancia en la economía de sus pobladores quienes se dedicaban, básicamente, a la obtención de materiales y la fabricación de objetos destinados al comercio exterior marítimo; como la obsidiana de Melos, el cobre de Paros y Siphno, el mármol de Paros o el esmeril de Naxos, y diferentes objetos realizados con los citados materiales.
Los ajuares funerarios encontrados en sus enterramientos contienen básicamente los famosos ídolos cicládicos esquematizados o figurativos, ejecutados en mármol o arcilla, y algunos otros adornos entre ellos: alfileres de cabeza de doble espiral, o en forma de pájaro, sortijas, brazaletes, diademas, pendientes realizados en oro y plata.
Los habitantes de estas islas del Egeo mantuvieron relaciones comerciales con otras culturas próximas como la egipcia y/o las establecidas en la costa minorasiática, la isla de Creta, y el entorno europeo mediterráneo, llegando incluso a las costas de la Península Ibérica.
El Cicládico Medio es su período de apogeo; cuando sus ciudades adquieren su mayor desarrollo, tal como demuestran los yacimientos de Chalandriani en Syros y Filacopí en Melos, en esta última aparecen ya construcciones tipo megarón lo que hace intuir una impronta continental. El Cicládico reciente sitúa a las islas en la Edad del Bronce, época en la que la influencia cretense se hace más intensa y dominante.
Respecto al tema que nos ocupa lo más significativo son los ídolos o estatuillas que aparecen en los diferentes yacimientos, que constituyen las únicas representaciones, ya sean éstas figurativas o abstractas, de la figura femenina en esta cultura. En ellas encontramos escasos rasgos de indumentaria. Estas figura femeninas denominadas ídolos aparecen en contextos funerarios son, en general de pequeño tamaño, aunque hay excepciones, suelen estar talladas en piedra, normalmente mármol blanco, y pueden dividirse en dos grandes bloques, uno abstracto y otro figurativo; diferenciación que no implica ningún orden cronológico.
La mayor parte de los ídolos no figurativos proceden de la cultura fechada en el Cicládico Antiguo denominada Grotta-Pelos y los expertos los han clasificado en varios subtipos. Algunos de ellos son apenas cantos rodados que nos recuerdan la figura humana, una incisión triangular haciendo referencia a la vulva femenina es el dato más significativo y el que nos confirma su sexo. Otros están formados por tres partes diferenciadas por dos ligeros estrangulamientos o entalladuras que vuelven a remitirnos a las figuras femeninas figurativas esteatopigias de épocas anteriores. El tipo denominado Violín, es más vistoso, destacando su cuello alargado, sin ningún elemento que pueda ser interpretado como cabeza, que pudiera haber estado dibujada sobre la piedra; sin prestar importancia a los miembros que no están diferenciados; así cuello, torso y abdomen podrían ser una evolución del tipo anterior; el proceso de abstracción al que llegan los artistas cicládicos no está fundamentado en su incapacidad con el tratamiento del material, sino con un proceso intencionado.
Dentro del grupo figurativo destacan también varios tipos; en el denominado grupo Plastiras con predominio de figuras femeninas; los volúmenes cabeza, extremidades y tronco se definen claramente y en la cabeza suele haber alguna indicación como ojos, nariz y/o boca; su alargado cuello es una característica común a todos los tipos. En algunos casos sus brazos se repliegan sin cruzarse pero quedan claramente definidos y en otros se cruzan por delante del abdomen; sus piernas pueden estar diferenciadas o ser simplemente unas hendiduras; sus pies suelen ser muy someros pero, normalmente, claramente plantados sobre el suelo.; se da gran importancia al vientre y/o el abdomen; quedando claramente remarcados sus rasgos femeninos tanto por la protuberancia de sus senos como por la existencia del triángulo púbico.
Otro tipo interesante es el denominado Louros, su cabeza finaliza en un pico muy característico que a veces se encuentra estriado y el óvalo de la cabeza termina violentamente en una especie de peineta; prescinden prácticamente de los brazos son como muñones puntiagudos y salientes, como si estuvieran doblados y sólo se distinguieran sus codos.
El grupo Spedos es también frecuente y con diversas variantes; su cabeza recuerda al anterior; aunque destaca menos el volumen de su nariz y el resto de la cara es dibujado, como característica sus brazos cruzados, y los ejemplares son más esbeltos y proporcionados; con una bidimensionalidad que contrasta con el grupo Plastiras.
Se conservan también numerosas cabezas, procedentes quizás de ídolos quebrados, aunque las terminaciones de algunos de sus volúmenes parecen dar a entender que fueron creaciones independientes y aisladas, en las que suelen destacar alguno de sus rasgos, ojos, boca y a veces orejas.
Otro grupo son representaciones de figuras humanas sentadas portando algún elemento que pueden evocar instrumentos musicales; con los miembros superiores e inferiores ya individualizados; también hay algún ejemplo de figuras femeninas portando sobre su cabeza una figura de menor tamaño que pudiera ser la representación de una madre con su hijo.
Los expertos han intentado explicar la existencia de todas estas representaciones, y la cuestión no está demasiado clara; en cuanto a las figuras tridimensionales femeninas, el
capítulo más espectacular, se han interpretado como una continuación de la tradición del Paleolítico como ídolos o diosas de fecundidad Diosas de la fecundidad, sexualidad y a veces exaltación de la procreación con figuras grávidas; aunque aquí las características no se ajustan completamente y parece existir un espíritu distinto; y dado el contexto funerario en el que han aparecido también se han relacionado con la costumbre egipcia de introducir en las tumbas sirvientes o familiares del difunto; como recreaciones o sustitución de su vida terrenal; otros hablan de posibles juguetes de tumbas infantiles en contextos domésticos; también se ha valorado la opción de que se trate de exvotos depositados en santuarios; aunque esto tampoco explicaría la existencia de las figuras de mayor tamaño ni las cabezas individualizadas; la más factible sería la relacionada con la fecundidad aunque en este caso la contradicción se presenta por la existencia de figuras masculinas; interpretadas en un sentido de complementariedad.
Los artistas cicládicos, al igual que sus contemporáneos de otros lugares y/o muchos de sus antecesores paleoliticos no sintieron interés por realizar representaciones realistas de las mujeres de su época sino más bien su idealización, que en aquellos momentos momentos se centraba en ejecutar figuras femeninas destacando en ellas sus funciones sexuales y reproductoras, impidiéndonos así conocer sus habituales indumentarias de las que únicamente tenemos algunas muestras en los ajuares funerarios; ya que en ellos se conservan los objetos con los que se adornaban y embellecían que, como hemos podido ver en las imágenes anteriores, no difieren demasiado de los que utilizamos actualmente para los mismos fines.
Habrá que esperar el desarrollo de las otras dos civilizaciones del Egeo para ver a mujeres reales y su indumentaria; pero eso será ya en el siguiente capítulo.