La poesía, sobre todas las demás artes, transmite emociones, pero además Luna Miguel, tanto en este poemario como en Estar enfermo alimenta mi imaginación y ese es uno de los logros de esta escritora de veinte años. Además de escribir y estudiar Periodismo en Madrid, Luna es columnista en el diario Público y actualiza su blog cada día, que es una ventana abierta a su mundo, el de sus amigos, su novio, sus padres, sus lecturas. Si a Pynchon no le conoce ni dios, a Luna la tenemos delante de nosotros en ropa interior, sus tatuajes, sus dibujos, sus poemas, todo.
( Elías Gorostiaga )
LUNA MIGUEL : Poetry is not dead Por: Elías Gorostiaga
Comienza su libro con una toma de posición, al lado y frente a la generación Beat, Howl de Allen Ginsberg, en el poema Ladras o Mueres, a partir de ahí ya sabemos donde estamos “También he visto a los mejores cerebros de mi generación/ destruidos por el emoticono/ He visto sus rostros inexpresivos/ He leído sus poemas fotocopiados” y desde el primer segundo, me rindo a la evidencia y a que mi imaginación se meta en las imágenes de esos poemas.
Luna Miguel es la mejor poeta de varias generaciones por delante y de otras varias por detrás. Tanto si escribe en prosa como si escribe en verso, tanto si leo en papel como si leo en la pantalla de un ordenador, tanto si lo hago sentado, tumbado o de pie, mientras espero en algún transporte, la sensación de placer y miedo, la sensación de estar delante de algo nuevo y de algo sublime, me gusta. Cada uno de estos versos y cada uno de los versos que lees en Estar enfermo, me sube la temperatura o me la baja, según la emoción. “Sin que nada me doliera/los dioses/decidieron cortarnos la garganta/. Continuamente van emergiendo países aun sin descubrir, me dejo arrastrar por esa falta de salud, yo también terminé de leer “Estar enfermo” y accedí al Cielo.
Me voy de un lado a otro, me golpeo contra las paredes, me siento, me levanto, me gustaría fumar un cigarrillo, pero recuerdo que no fumo, se me agolpan las ideas, voy y vengo dentro de ese mar, regreso a la presentación del libro en el pequeño escenario al fondo del bar de la calle Valencia, en Barcelona, el pasado jueves 24 de Febrero, veo a Luna sentada junto al espejo y junto a Antonio J. Rodríguez, leyendo sus poemas con su voz, una voz para recitar, la exquisita calma, frente a un selecto grupo de jóvenes lectores, sentados en el suelo, arropándose unos a otros, tranquilos y la envidia de no tener ya veinte años y ver que ella interpreta las señales del mundo en pijama, junto a una vieja y romántica idea de amor, de ese amor que aireó la generación Beat, desde San Francisco hasta Okinawa, desde Marrakech hasta Saigón.
Hay una ola de energía en todos sus poemas, deja subir en ella a tus hijos, quince años es la mejor edad para adentrarse en esta poesía, hay una serie de claves que a esa edad ya intuyes, deja que los chicos descubran a Luna Miguel y poco a poco les llevará a García Lorca a Aleixandre, a Baudelaire, Valente y a Virginia Woolf, igual que el AVE te mete en Atocha y de allí empiezas a buscar museos, bares y callejas y haces tuyo Madrid, sin que nadie te pregunte de donde eres, hasta llegar a formar tu biblioteca y tus ojeras, la palidez de las mejillas en medio del desierto. Todo eso, bebiendo Coca-Cola y sin fumar un cigarrillo.
Esta crítica es continuación de la aparecida en mi blog sobre la autora. Creo que Luna contiene un potencial de escritura que la convierte en un animal poético, que hace muchos años que no se ve en este país. Que dios o el mundo la libre de las envidias.
*Poetry is not dead (Premio de Poesía Hermanos Argensola 2010) DVD ediciones.
Estar enfermo. Editorial La Bella Varsovia. 2ª edición septiembre de 2010.*
Amando Carabias
marzo 10th, 2011
Luna Miguel, sin duda, va camino de convertirse en referencia incuestionable de la poesía contemporánea.
En poco tiempo he leído críticas sobre su obra en todos los sentidos. Alguna de ella, por cierto, bastante desafortunada e insultante.
Esta, sin embargo, me ha parecido acertada, al menos me ha gustado.
Silvia
marzo 11th, 2011
No puedo unirme a tu deseo de que «diós la libre de las envidias», al menos no en todos los ámbitos. Yo ya la envidio por haberte arrancado tan buena crítica, tan lanzadera, tan sugerente.
Probablemente merezca yo tal envidia, porque también estuve allí, también escuché su sugerente voz, y no era yo quién escribió esos versos y por ende, recibe ahora tus elogios.
Felicidades Elías.
catherine
marzo 12th, 2011
Te devuelvo el saludo, Elías y me impresiona entrar en el mundo de Alenarte al mismo tiempo que un escritor.
Me perdí la lectura, primero porque no sabía nada del acto y porque me fui de Barcelona el día 23. Tu crítica entusiástica del libro, tu retrato de Luna, mi gusto para todo lo que hacen los jovenes en el dominio del arte me lo hacen añorar.
hjgkjhg
abril 1st, 2011
pues porque no habéis leído sus artículos en público; de vergüenza ajena. la niña no escribe mal pero ha influido menos su talento que su suerte (y su enchufe).
Alenarte Revista
abril 1st, 2011
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