Llega la primavera y apetece respirar nuevos aires así que nada mejor que desplazarme a Cercedilla, en la sierra de Madrid, a visitar a un ilustre de la novela actual, un autor fresco y sincero que además regenta la única librería de la localidad, La Fuenfría, coqueta y recogida, con una buena selección de libros y por lo que he podido constatar durante la realización de la entrevista, muy apreciada entre los habitantes serranos que no paraban de entrar a consultar y a comprar los géneros más dispares.
Me apetecía entrevistar a Rafael Reig, al que fui presentado por Ricardo Gómez durante la feria del libro de Villalba, porque tiene algunas novelas, muchos ensayos e infinidad de artículos que llaman la atención. Confieso que mi objetivo era adquirir en su librería Sangre a borbotones además de acercarles a ustedes sus palabras, claro está, porque creo que es en esa novela donde Rafael saca toda su capacidad de asombrar aunando el género policiaco con la ciencia ficción y coronándolo un puntito de fantasía del tipo Gianni Rodari al presentarnos tal y como dice la editorial Lengua de Trapo que la editó: “ Una suerte de Blade Runner madrileño filmado por Woody Allen”.
Pero no adelantemos acontecimientos y permítanme apuntar algunas pinceladas biográficas para los perezosos que no quieran indagar sobre el autor más allá de estas palabras. ( Carlos Feral).
Rafael Reig, literatura a borbotones. Por: Carlos Feral.
Nace, quizá como podía haber nacido en cualquier otro lugar, en Cangas de Onís en el año 1963 pero siendo aún un niño sus padres se trasladan a Cali, Colombia, buscando quizá algo más de libertad y un aire nuevo que respirar ante el asfixiante ambiente de la última etapa del franquismo. Estudió Filosofía y letras en Madrid y marchó a Boston y a Nueva York. En Estados Unidos se doctoró con una curiosa tesis sobre las prostitutas en la literatura del XIX. Es profesor en varias universidades norteamericanas y, al volver a España, escribe en varias publicaciones tanto en papel como digitales. Entre estas destaca su columna en el diario Público llamada Carta con respuesta en las que expresaba su opinión sin tapujos y esta sinceridad en sus palabras le costó el puesto, no por defender que Miguel Hernández escribía como escribía por ser comunista sino por algo más rastrero. No les adelanto nada. Mejor lo escuchan en la entrevista.
Posteriormente ejerció de crítico literario en ABC cultural donde tenía una interesante columna y actualmente además de librero colabora con sus columnas allá donde le dejan y ejerce de profesor en cursos de escritura y lectura en su “Hotel Kafka”. Goza de un fantástico sentido del humor, parece que también de buena salud, fuma lo que le da la gana , le gusta el whisky, como a todo escritor de novela negra que se precie y disfruta de sus amigos. Participa en una tertulia que se celebra periódicamente en un alojamiento rural de Cercedilla, Peña Pintada, donde se habla de literatura y de vez en cuando se deja caer algún invitado de renombre. Como premios tiene algunos importantes. Sangre a borbotones obtuvo el Premio de la Crítica de Asturias, fue señalada como una de las cinco mejores novelas del año por el jurado del Premio Fundación Lara y logró para su autor la designación de Nuevo Talento FNAC[1]. Gana la VI edición del premio Tusquets con Todo está perdonado. Finalista de la Duncan Lawrie International Dagger 2006 con la versión inglesa de Sangre a borbotones (Blood on the Saddle) . Finalista del Premio Salambó 2006.
Dice Reig que los premios tienen su importancia, que no solamente hacen crecer el ego que todos los escritores tienen, sino que además si van acompañados de una sustanciosa cuantía económica pues tanto mejor.
El rodar por tantos sitios hace de Rafael Reig un escritor sin raíces, un ciudadano del mundo que bebe de todas sus experiencias y tal como le han influido en su vida también lo han hecho en su obra porque su vida también es escribir.
Como profesor cree que su labor no es enseñar nada sino servir de vehículo, de elemento motivador para que el alumno tenga el placer de coger un libro por si mismo, de escoger leer. Cree además que la literatura debe enseñarse de atrás hacia delante. Es decir, empezando por los escritores actuales y pasar por las distintas épocas hasta llegar, si fuera necesario a los principios de la escritura. En eso no puedo estar más de acuerdo ya que el recuerdo que muchos de nosotros, ahora ávidos lectores, tenemos de nuestra adolescencia en colegios e institutos es de leer a clásicos aburridos sin ninguna conexión con los intereses de los jóvenes para llegar en muchos casos a la conclusión de que la literatura era un rollo y que no merecía la pena hojear un libro más una vez terminada la educación obligatoria.
Hablo con Rafael sobre los estereotipos y le recuerdo que dijo en alguna ocasión que no hay que huir de ellos buscando la originalidad sino que son necesarios no sólo en la literatura sino para comprender el mundo.” Creo que era Aldous Huxley quien decía que enfrentarse a algo desconocido sin prejuicios es la actitud propia de un simio. Nuestro acercamiento es más complicado e incluye prejuicios y generalizaciones que funcionan como hipótesis que ponemos a prueba. A menudo la prueba destruye esos mismos prejuicios que nos han permitido elaborarla y en eso consiste nuestro aprendizaje. Elaboramos nuestra propia visión del mundo (es decir, nuestros propios estereotipos) a partir de los prejuicios comúnmente aceptados, y muy a menudo en contra de ellos”, dice el autor.
Profundizando algo más en su obra comentamos que tanto Sangre a Borbotones como posteriormente Guapa de cara o Todo está perdonado y Lo que no está escrito tienen todos los componentes de novela negra. Está de acuerdo pero no se considera especialmente un apasionado del género. Les voy a copiar las sinopsis[2] de Todo está perdonado, de Lo que no está escrito y Sangre a borbotones para que vean ustedes si tengo o no razón. Antes me gustaría aclararles que el detective Carlos Clot es el Sam Spade o el Marlowe español que inventa Rafael Reig para darle el protagonismo en varias de sus novelas y así lo encontramos también en Sangre a borbotones :
TODO ESTÁ PERDONADO.
Laura Gamazo, hija de un próspero empresario, muere por envenenamiento el día de su boda en el Ritz. Su padre, Perico Gamazo, recurre a Antonio Menéndez Vigil, agente de inteligencia retirado y protegido suyo, para que aclare el caso con la colaboración del detective Carlos Clot. Menéndez, que inicia su investigación pendiente de los partidos de la selección española en la Eurocopa de 2008, sabe que Laura es la última descendiente de una familia poderosa que conoce bien, y no puede evitar hacer el recuento de setenta años de historia reciente: desde el padre de Perico, Gonzalo Gamazo, marqués de Morcuera, que forjó su círculo de amigos en las cárceles republicanas, en plena guerra civil, hasta sus descendientes, Laura y su hermano Ignacio, hijos de la Transición. Las pesquisas policiales, en busca de intereses o culpas, acaban entreverándose necesariamente con la historia de una familia emblemática de quienes ganaron la guerra y se aseguraron de que sus hijos ganaran también la paz.
LO QUE NO ESTÁ ESCRITO.
Carlos, padre divorciado, recoge a su hijo Jorge de catorce años para pasar un fin de semana de excursión en la sierra y, como por descuido, le deja el manuscrito de una novela que acaba de terminar a su ex mujer, Carmen. La lectura de ese manuscrito, una novela negra de extorsión y bajos fondos, que Carmen no podrá soltar en esos dos días, será para ella, sin embargo, muy reveladora de las intenciones de su ex marido. Carlos, a su vez, tiene que superar los problemas de comunicación con su hijo, un adolescente asustadizo, y también las primeras dificultades de la excursión, que ponen en evidencia sus propias carencias. Entretanto, crecen los temores de Carmen y su angustia por lo que pueda suceder en la sierra. ¿O es la lectura del manuscrito la que lo provoca? «Al vivir con alguien, como al escribir, uno se delata», piensa uno de los protagonistas. También al leer, cuando acabamos interpretando lo que no está escrito.
SANGRE A BORBOTONES.
En un Madrid inundado en el que la Castellana es navegable y los habitantes hablan en V.O. en inglés, subtitulada, un padre busca a su hija adolescente fugada de casa, pero no quiere acudir a la policía; un empleado municipal sospecha que su mujer le engaña; el personaje de una novela adquiere vida propia, se le va de las manos a su autor y desaparece en la ciudad… Tres casos difíciles para Carlos Clot, el melancólico detective que deberá enfrentarse a una poderosa y oculta trama criminal.
Le pregunto a Rafael cómo se monta él una novela. Si los personajes le dan pie al argumento o si a partir de éste construye alrededor los personajes. Él me comenta que piensa con los dedos, que se sienta delante de su Olivetti y deja fluir lo que le viene a la imaginación. Algunas veces sale como tiene que salir y otras le sorprende el curso de la narración.
Al hablar de la participación en libros colectivos dice que sólo cree en ellos si tienen una finalidad y no si es un mero corta y pega de relatos o poemas que se reúnen sin ningún sentido quizá con la única finalidad de aparecer junto a un nombre famoso.
Le pregunto por su Manual de literatura para caníbales en los que no deja en buen lugar a alguno de los ilustres de nuestra literatura. Es Reig un hombre honesto que no se muerde la lengua y así dice de Cela que era un delator del régimen franquista o de García Lorca que era un ególatra insoportable. De cualquier modo le preocupa bien poco ser diplomático o no puesto que en su modestia considera que su opinión sobre tal o cual autor o libro no es tan importante, es sólo eso, su opinión y que Manual de literatura para caníbales está escrito por su inmenso amor a la literatura y no para herir a nadie o para crear polémica.
Damos un repaso por el todo gratis en la cultura y le indigna por ejemplo tener que pagar un canon para comprar un cd porque presuntamente va a ser utilizado para grabar música o literatura y, sin embargo, las grandes compañías telefónicas no tienen que pagar ese canon por darte de alta con ellos en internet sea cual sea el uso que le des a la conexión, teniendo además esta un precio desproporcionado. Es como si sólo por entrar a un restaurante te cobran cincuenta euros. Luego si comes, o no, está por ver. No le importa que le pirateen los libros porque seguramente el que lo hace terminará comprando alguno pero, por supuesto prefiere que se los compren ya que de eso vive un autor.
Para terminar le pregunto qué libro se muere de envidia de no haber escrito él y comenta que El gran momento de Mary Tribune de Juan García Hortelano es una novela absolutamente deliciosa y visionaria ya que, habiendo sido escrita en 1974 ya habla de los yuppies, y habla de los mercados financieros además de contar con diez años de antelación cómo iba a ser la transición. o Un día volveré de Juan Marsé son novelas que le encantaría haber escrito a él. No hubiera dado años pero sí unos meses de vida por ser el autor.
Nos despedimos de él en la puerta de la Fuenfría con una sonrisa, un apretón de manos y la promesa de volver a vernos pronto.
No se pierdan el audio que es la verdadera joya de este reportaje y lean a Rafael Reig que les aseguro que merece la pena.
[1] Datos obtenidos de la editorial Lengua de Trapo.
[2]Las dos primeras sinopsis extraídas de la Editorial Tusquets . La última de Lengua de Trapo.