Cuando uno se va a pasar algunos días en una capital lejana quiere aprovecharse de la estancia para ver todos los museos, todas las exposiciones, todos los lugares famosos. Querría ver todo, pero es imposible y muy cansino y fatigoso. Aunque se hubieran reservado las entradas, se hubiera previsto un planning estricto y larguísimo, siempre ocurre un imprevisto, se necesita un momento de calma. Además al ver tantos monumentos y cuadros famosos se pierde la oportunidad de conocer la vida de la ciudad.
Aquí tienen unas direcciones y fotos de lugares menos conocidos, donde se puede ir casi en cualquier momento del día, sin hacer cola, sin reserva y gratis. Además puede ser una alternativa y un consuelo cuando no haya manera de pisar un museo u otro lugar muy concurrido.
( Catherine Beaume )
Rutas Turísticas: De visita en París, alternativas a las colas, lugares para descansar. Por : Catherine Beaume.
Empezamos por el Sacré Coeur, el Sagrado Corazón, porque es tan emblemático como la Torre Eiffel y porque fue edificado en la Butte Montmartre, una colina que mira de arriba abajo el Sena con una ventaja de cien metros de altitud. Se puede ver París entero, la Torre Eiffel, sí, y mucho más. Quizás habréis llegado por el funicular, aquí está el sitio para tener la mejor vista, el sitio donde actúan artistas de la calle. Ese día era un malabarista que hacía maravillas con una pelotita y un palo en la boca. De repente se vuelvo acróbata y se subió a un farol con un balón de futbol regateando como (aquí va el nombre de su jugador favorito).
Un paseo por la Plaza del Tertre con sus pintores es inevitable, clásico ya que Montmartre fue un barrio de artistas. Entonces buscamos lo sorprendente: muy cerca, en la calle Norvins, es una estatua en (saliendo de) una pared, es el Passe-muraille, el Pasamuralla que escenifica el protagonista de un cuento de Marcel Aymé, cuento ambientado en Montmartre.
La calle Lepic baja en zigzag, tenéis que encontrar la calle Caulaincourt e iremos a descansar en un campo santo: el cementerio de Montmartre. Muchas tumbas son de interés, por su arquitectura, la fama del que aquí yace. Aquí pueden ver la sepultura de Vaslav Ninjinski, de bronce como el pasamuralla.
Otra muestra: el monumento de Heinrich Heine, más clásico, con versos del poeta alrededor. (¡Qué me disculpe la familia de la tumba vecina! Las tumbas son tan amontonadas que es difícil fotografiar una tumba entera; es difícil también encontrar ciertas tumbas aún teniendo su dirección).
La construcción del Sacré Coeur fue promovida por el arzobispo de París el mismo día que el de la declaración de la III República, el 4 de septiembre de 1870. Es un voto expiatorio de parte de los ciudadanos que atribuían las desgracias de la Francia a la decadencia moral desde la Revolución. Muchos partidarios del otro bando, los de la Comuna, perdedores a pesar de la obtención de la república, los Federados, fueron fusilados junto a una pared del cementerio del Père Lachaise en mayo de 1871. Sería equitativo visitarles también. Los habitantes de este distrito 18, con los barrios de Barbès y La Chapelle, son de origen multiétnico, de África y de la India. Para ir al distrito 20, con mucha gente humilde igualmente, tomamos un taxi y pasamos en varios bulevares que no son los grandes de los grandes almacenes como las Galeries Lafayette o le Printemps. En el bulevar de la Villette damos un vistazo a la sede del Partido comunista francés. Fue diseñado en 1965 por Oscar Niemeyer, terminado en 1971 y le añadieron una cúpula en 1979. En abril de 2007 fue declarado de interés artístico. Pero ya era demasiado grande. Se puede alquiler para desfiles de modelos (de Prada, la primera vez) y en una parte se encuentran varias oficinas.
Seguimos en el bulevar de la Villette, por Belleville, Ménilmontant. Aquí a la izquierda todos los comercios pertenecían a judíos, los a la derecha a magrebíes. Como la mayoría, en ambos lados, venía de Túnez hablaban el mismo idioma. Ahora se han intercalado muchas tiendas chinas. Este barrio es un punto de llegada para migrantes desde que se acabó la I guerra mundial. Se puede comer platos del mundo entero y se habla en todos los idiomas.
Pero, en el cruce de Ménilmontant, al principio de la calle Oberkampf cuando el portal esté abierto nos topamos con el pasado: un callejón de pueblo, la Forja, una hilera de casas y talleres ceñidos por edificios altos, animados por gente que trabaja en el cine, los medios. En otros rincones del barrio viven muchos otros artistas.
Este rato de calma es suficiente, quizá iremos al Père Lachaise otra vez…
Nos dirigimos hacia el barrio de Les Halles, el antiguo mercado de mayoristas, el vientre de París que se volvió centro comercial gigante. En el Centre Pompidou o Beaubourg, museo de arte moderno con una arquitectura interesante, se pueden ver exposiciones a tutiplén. En la plaza actúan artistas de la calle de todos países. La calma la encontraréis en el taller de Constantin Brancusi qui fue reconstituido por Renzo Piano según el deseo del artista que vivía en el distrito 15 cerca de Montparnasse. Sus herramientas, sus obras lisas se ofrecen a la vista del viajero cansado.
Del distrito 4 vamos al 1º. Los patios del Louvre merecen una visita como las colecciones y las numerosas exposiciones. La tranquilidad se encuentra al otro lado de la calle de Rivoli, con una mirada a la Comédie française, la “casa de Molière”. En los jardines del Palais Royal, después de un vistazo a las tiendas preciosas de las galerías algún día una puede creer vivir en una época anterior cuando rueden una película.
Por la calle de Rivoli llegamos a la plaza de la Concorde, los Campos Elíseos, los barrios de los turistas y de numerosos museos. En el Grand Palais, otra vez exposiciones a tutiplén, en el Petit Palais también. El “secreto” está en el Palacete, con su jardín reconstituido como estaba en 1900 para la exposición universal. Se llega a este paraíso en busca del bar, atravesando salas con muebles preciosos. La decoración del edificio, ejecutada entre los años 1903 y 1925 merece una mirada. Todo el edificio tiene un ambiente encantador.
Para llegar en la orilla izquierda del Sena elegimos el puente Alexandre III, de la misma época.
Vamos al Quai Branly, el museo de los Artes Primeros inaugurado en junio de 2006, construido por Jean Nouvel que conocéis en España por su Torre Agbar de Barcelona entre otras obras. Hay exposiciones temporarias y conferencias, colecciones estupendas de objetos de 4 continentes, Oceanía, Asia, África e América. Los jardines de Gilles Clément son una maravilla de colores, de agua, de calma. Hasta las aves vienen a descansarse. La pared vegetal quizá decepcionará a los que conocen la de Caixa Forum en Madrid, diseñada por otro paisajista francés, Patrick Blanc.
Y sin quererlo, llegamos a la Torre Eiffel que domina estos jardines…
Carmen Amaralis
enero 16th, 2012
Estudié un pos-doctorado en la Sorbone y este artículo es fidedigno, muy cierto, excelente, Gracias por refrescar mi memoria, un abrazo, Carmen Amaralis
Isolda
enero 16th, 2012
Qué alegría recordar estos días que pasamos en París con Maririu. Estupendo resumen para cualquier visitante. Bisous.
Pilar
enero 16th, 2012
París es un descubrimiento. Tengo añoranza de ella, de sus calles, edificios, parques, ambiente. Se queda con tu corazón.
Flamenco Rojo
enero 17th, 2012
Creía yo que conocía algo de París…cero patatero. Gracias Catherine.
Un beso.
Marisa Bermudez
febrero 13th, 2012
Yo que me crié allí hasta los 20 años, que no he dejado en 45 años de los 57 que tengo de pisarlo cada año desde entonces y en cualquier estación, en cualquier alegría o en cualquier fregado, te puedo decir, Catherine, que me has emocionado… ¡Gracias!